Ese maravilloso entre luces
ocurre cuando el Universo conecta las luces de bajo consumo para ahorrar. Y ahí
empieza la magia. Con el atardecer viene la paz. No la Paz Vega, no,
malpensados. Esa mujer, y a esas horas, anda con el carnicero (que anda
eligiendo el hueso añejo para el puchero quiero decir). El encantamiento del
anochecer tiene mil razones: para unos significa el final de la jornada
laboral, para otros el preámbulo de una buena sentada en el sofá-relax. Hay de
todo, desde los más “efervescentes” que piensan en la gimnasia del amor antes
de dormir, a los ahorradores que sólo suspiran por desiluminar la casa entera,
antes de que Endesa se la embargue.
Yo, personalmente, he aprendido a
gozarlos, sin más.
Escrito por Manolo Martínez
Para mi el mejor significado de este atardecer es que puede ser lo que uno quiera, para eso está la imaginación que no tiene límites.
ResponderEliminarUn beso.
Hermoso atardecer e inmejorablemente descrito. Una de las cosas que más me gusta a mí de un atardecer es que tintinea la campanilla de... "en unas horas descansas"; y la otra es la de pensar qué después llegará la mágica noche, y si nada lo impide, un nuevo amanecer :)
ResponderEliminarComparto tu lectura María Dolores, así es, la imaginación al poder
ResponderEliminarGracias Margari por tu comentario, un beso
ResponderEliminarla porta de manolo
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