CARPE DIEM



Dentro de veinte años, lamentarás más las cosas que no hiciste, que las que sí hiciste. Así que, suelta amarras y abandona el puerto seguro. Atrapa los vientos en tus velas. Explora. Sueña. Descubre.


domingo, febrero 28, 2021

AQUELLOS MARAVILLOSOS AÑOS


Ahora que las canas blanquean los recuerdos, y que los recuerdos alegran los arroces en el campo, las fotos con los amigos de siempre son un patrimonio que nadie se atreve a tasar.

La memoria de cada uno las valora con distintas varas de medir: desde la nostalgia a la alegría del reencuentro, pasando por la tristeza por los amigos perdidos.

 ¿Quién no se acuerda de arroz en arroz de aquellos maravillosos años en que la espuma de las cervezas dibujaban las risas? A vuestra salud amigos.

28 de febrero

 

Nació un veintiocho de febrero, cuando el invierno empieza a bostezar y la primavera se despereza verde en los trigales y blanca en las margaritas. No pudo tener mejor cuna que Carmona, una ciudad que respira despacio por el peso de su historia. No es casualidad que su nombre empiece por la primera letra del abecedario, porque los principales rasgos de su ADN, alegre y amigable, empiezan por esa letra. Hablo de Ángel, mi hijo pequeño, que hoy, Día de Andalucía, celebra su cumpleaños. Qué suerte tuvo, Andalucía digo.

 

Manolo Martínez     

  

domingo, febrero 21, 2021

LA VACUNA Y LOS ZAPATOS NUEVOS


Ese niño de la foto somos nosotros abrazando la vacuna contra el maldito virus que a todos nos ha cambiado la vida. Un personaje de Dostoievsky decía que el hombre era un bípedo desagradecido y cada noche lo compruebo mientras veo el telediario. 

Cada vez que saco la cuchara del plato de puchero me lleno la boca de fideos y la cabeza de miedo y asco con las imágenes de esos energúmenos que, lejos de festejar que la vacuna está abriéndonos las puertas, se dedican a salpicar la recién nacida esperanza con su agresividad. 

Las maneras de actuar con que se calzan los provocadores son viejas, como los zapatos del niño de la foto, pero, si nos fijamos en las ideas que sus actos abrazan,  comprobamos que no son nuevas, como los zapatos que aprieta contra su pecho el chiquillo de la foto. Algo no cuadra. Por eso, mientras el niño de la foto disfruta pensando en el cambio, quienes están detrás de los violentos no lo soportan. 

¿Sería Pfizer capaz de modificar la vacuna introduciéndole anticuerpos de cordura y sensatez para que, por una vez, fuéramos todos a una? Y le pagamos más, como Israel.

Manolo Martínez     

sábado, febrero 20, 2021

La importancia de mear de pie

 

No es una banalidad mear de pie. Tiene su importancia. Desde la altura lo ves todo con perspectiva y el alejamiento mejora el concepto que uno tiene de "lo suyo". Las cosas son más pequeñas con la distancia, pero es la distancia, no es que las cosas sean chicas. Quedaros tranquilos. Probad a acercaros, inclinaros, agachen la cabeza al máximo... ¿veis?, era la lejanía... la mirada desde la altitud... y ahora calculen, disfruten haciendo puntería. Si atinas todo el tiempo que dura el desahogo, chapeau. Has conseguido armonizar espacio,  tamaño y tiempo. Eres el Einstein de la meada, como el de la foto. 

            

       Manolo Martínez

          

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viernes, febrero 19, 2021

LA OTRA CARA de la MONEDA


Una tertulia sólo necesita dos cosas: tertulianos y cosas que contar. Esta vez tenían muchas cosas que contarnos, y todas buenas. Ha sido un placer. A la tertulia fueron para volver a ser dos niños y una niña. Los tres nacieron en Carmona y los padres de los tres se fijaron en tres santos para ponerles nombres: San Juan, San Agustín y Santa Isabel, sería porque ninguno de los tres fueron malos. 

Los tres crecieron en aquella época en la que uno no podía quejarse porque nuestros padres nos decían aquello de: “Si te duele es que se está curando”


Juan nos confesó que lo que más le gusta del mundo para comer es un buen plato de papas fritas con huevos, lo de toda la vida.


Agustín prefiere las alboronías,  e Isabel un guiso, de lo que sea. Queda claro que por la comida no se van a pelear.



Juanito se enamoró del fútbol y se hizo polvo las rodillas tirándose de portero por las calles de la barriada de la guita. Tantas pelotas despejó que lo fichó el Sevilla. Agustín también disfrutaba del balón, pero éste prefería botarlo contra el suelo de su colegio Beato San Juan Grande. Tan bien lo hacía su equipo que estuvo en la mirada de uno de los grandes, Aitor García Reneses. 



Isabel creció en el barrio  de San Blas y dice que lo que más le gustaba del mundo era bailar, bailaba como una peonza.


El Patio Mudéjar del maravilloso Hotel Alcázar de la Reina, todo un referente para el turismo en Carmona, y esta Tertulia de “Comer, beber y hablar” fuimos testigos de que, cuando quieren, los tres van a una.


Aquellos niños, hoy hombres y mujeres, nos han dado a todos los carmonenses una lección que no debemos olvidar: siempre, por encima de las ideas, están las personas, siempre.
Ha sido bonito volver desde el Ayuntamiento al recreo, y recordar, que siempre después de los desencuentros, las manos deben quedar tendidas, para ayudar a levantarse al que se cayó.

Gracias a Juan Ávila, Agustín Guisado e Isabel Ballesteros por ponernos un espejo delante para que todos hagamos eso tan fácil, y tan difícil, de entendernos, de hablar y escucharnos.

Si no se fían de lo que aquí les cuento, vean la Tertulia “La otra cara de la moneda”, en Televisión Carmona, la nuestra.


domingo, febrero 14, 2021

El cielo, la ventana y la flor

 Al final de una calle siempre hay otra calle, incluso cuando la calle no tiene salida, porque siempre queda la opción de darte la vuelta y caminar por la misma, que ya no es la misma, como también nosotros somos distintos después de haberla recorrido, la calle y la vida. 

Que todo cambia es una verdad incontestable. Todos lo comprobamos cuando, aún pasando a diario por el mismo lugar, nunca palpita igual. La misma calle tiene noche o  luz del día, tiene frío entre sus casas o calor sobre las piedras. O hay bullicio o hay soledad. 

Pasar a diario por el mismo sitio te hace que dejes de mirar, lo mismo que ocurre con el vivir. Se nos escapa la flor que nace en la maceta. No vemos la ventana a la que se asoman otras vidas, ni prestamos atención al trozo de cielo que techa la calle.

Y sin embargo la ventana, el cielo y la flor siempre estuvieron ahí, sólo necesitaban tu mirada para existir.

                                                              

                                               Manolo Martínez

                




domingo, febrero 07, 2021

Aquí verás LA VERDADERA EDAD de TODOS los FAMOSOS


No hay mayor secreto que la edad de un famoso. Los años que cumplen Madonna, la Pantoja, Kiko Matamoros  o Alfonso Arús son secretos de Estado a los que ni Villarejo ni Iker Jiménez tienen acceso. 

Las arrugas de la cara ya no son un chivato de los abriles cumplidos porque sus rostros son dos ojos enterrados en botox. Tampoco podemos hacer el cálculo a través del número de michelines y magdalenas abdominales porque han desinflado sus barrigas con liposucciones. 

Pero he recordado el viejo arte de averiguar la edad de las bestias en general, mirándole los dientes. Era una práctica habitual entre los  tratantes de ganado para que no le dieran gato por liebre, y precísamente de aquí  procede el dicho "A caballo regalado no le mires el diente". 

¡Eureka! Ya no nos pueden engañar estos animales de los escenarios.  Sólo tenemos que buscar cualquier argucia para hacerles abrir la boca el tiempo necesario para verles la dentadura. 

Así, "un poné", un caballo de veinte años tiene todos sus incisivos triangulares, un espacio considerable entre diente y diente y los de abajo se alargan hasta dejar la encía reducida a al mínima expresión. Teniendo en cuenta que los veinte años de un caballo equivalen a los sesenta de un humano, y los treinta y seis a los cien de las personas, ya tenemos datos y dientes suficientes para saber por el número de velas que deben soplar en sus tartas de cumpleaños. 

Si lo miramos al revés es más gratificante. Por ejemplo, si Julio Iglesias fuera caballo tendría 33 años, como el título de uno de sus primeros discos. Y Madonna sería una yegua de veinte años, seguro que le agrada más a la artista decir que tiene veinte como yegua  que sesenta como humana. Pues nada, todos contentos e informados. Por cierto, el próximo once de abril cumplo 18 añitos... eso sí como potro, o como burro, pero ¡vaya subidón! si vuelvo a los benditos dieciocho. ¿Alguna vez vieron a un burro beberse un Gin Tonic?, pues quedan ustedes  invitados a mi cumple el próximo abril y podrán ver el prodigio. 


Manolo Martínez

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