Aunque el nombre del plato no seduzca demasiado, una vez catado, es un delicioso bocado. Habrá que hacer lo que tantas veces le decimos a nuestros hijos:
- Niño, por lo menos pruébalo, hijoooo... - Coño papá, que esto está bueno, ¿puedo repetir? - A ver, a ver...ratones me quedan, tendré que ir por cigalas.
La receta me la cedió mi amigo Fernando Baeza, Gracias
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