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domingo, agosto 23, 2020

Tres besos en uno


  John Donne escribió que nadie es una isla completo en sí mismo, que todos nos necesitamos. Y eso es lo que nos viene a decir este roce de labios suicida. A esa mujer la besan los tres pasajeros, porque ¿existiría ese arrumaco sin los dos amigos que sujetan las piernas del besador? Es verdad que ninguno de los dos que se asoman a ese desesperado abrazo intercambia saliva, ni mete lengua, si acaso se la muerden para aguantar el peso, pero ¿que ocurriría si le soltaran?, sin premeditación ni alevosía. ¿A dónde iría ese beso? ¿Alguien duda que desaparecería, al igual que los dientes del enamorado?

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