La vida es una continua mudanza, y ese cambio son las ruedas que nos permiten seguir empujando las ilusiones sin que nos pesen.
El bar paseo ha liado sus bártulos, se ha echado el hatillo al hombro y recorrido apenas media docena de metros más arriba, suficiente para volver a empezar.
Ahora se está más a gusto en su interior, porque, al igual que nos ocurre a las personas, el cambio le ha ensanchando el alma.
A veces es necesario mudar de aires para seguir siendo el mismo, por eso, entre cuadro y cuadro, han colgado al amor en una de sus paredes blancas, para que quede claro, que todo cuanto allí se hace, desde sus insuperables calamares hasta el trato, nace del cariño.
Desde la acera del Bar Paseo podrás seguir contemplando, en la orilla de enfrente, ver como corre la vida en forma de niño, y al llegar diciembre, serás el primero en ver la navidad transformada en árbol.
Larga vida, señora, a usted, y a su nueva casa.
Muchísimas gracias por esas palabras tan bonitas muchas gracias
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