CARPE DIEM



Dentro de veinte años, lamentarás más las cosas que no hiciste, que las que sí hiciste. Así que, suelta amarras y abandona el puerto seguro. Atrapa los vientos en tus velas. Explora. Sueña. Descubre.


sábado, noviembre 26, 2022

EL ARTE DE TENER SIEMPRE LA RAZÓN

 


No me digas que no te has encontrado con alguien (en tu familia, hermandad, peña o trabajo) que lo porfia todo, que te vende su razón como la única razón. 

Shopenhauer escribió un brevísimo manual que tituló “El arte de tener siempre la razón”. 

En él nos enseña diferentes modos de imponer nuestro punto de vista, y lo hace, no buscando la verdad, que en estas cuestiones carece de importancia, sino buscando el triunfo personal a toda costa. 

En la estratagema número ocho, dice Shopenhauer, que hay que hacer enfurecer al adversario pues en su furor no está en condiciones de hacer un juicio justo ni de percibir su interés. Se le enfurece siendo abiertamente injusto con él y, de manera general, dando muestras de desvergüenza. 

Otra muy curiosa es la estratagema treinta y ocho, que dice que si uno se da cuenta de que el adversario es superior, y de que uno no va a ganar, hay que decir cosas descorteses, ofensivas y groseras. 

Ser descortés consiste en abandonar el objetivo de la disputa (puesto que se ha perdido la partida) para pasar al adversario y atacarlo de una manera o de otra. 

La única respuesta segura la dio Aristóteles, y es, no debatir con el primero que llega, sino únicamente con las personas que uno conoce y de las que sabe que son suficientemente razonables.

                                                                           Shopenhauer

Hay mucha gente adicta a Shopenhauer, sin saber quien es Schopenhauer. 

Que los hados te ayuden para que no se cruce ninguno en tu camino.

Manolo Martínez 

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domingo, noviembre 20, 2022

BANDA de MÚSICA DEL ARRABAL celebra su 25 ANIVERSARIO en el CICLO de SANTA CECILIA


La Banda de Música “El Arrabal“ de Carmona celebra su 25 aniversario con un concierto en el Teatro Cerezo dentro del Ciclo “Santa Cecilia” que el Excmo. Ayuntamiento de Carmona organiza a través de la Delegación de Cultura, Turismo y Patrimonio Histórico que dirige su Concejal, Ramón Gavira. Gordón. 

Mirar la vida a través de la música DEBERÍA ser un artículo de primera necesidad, como el pan. 

Hace tiempo que todos tenemos claro que el bienestar de una persona deber ser tanto físico como psíquico. Hay que comer sano, hacer ejercicio y cuidar lo que sentimos, el mundo de las emociones, lo que nos “toca” por dentro. 

Y es ahí dónde entra la Banda del “Arrabal” de Carmona, hoy bajo la batuta de un excelente profesional, Alexis Navarrete, que lleva un cuarto de siglo regalándole a Carmona bienestar en forma de música. 

Vestir la alegría con un pasodoble, aligerar la tristeza con una melodía, acompañar las risas con el redoble pícaro de un tambor, adornar un atardecer con un adagio, o despertarte con un allegro como vuelta a la rutina diaria, son patrimonio de la felicidad. 

La música deberían recetarla los médicos, como un bálsamo sin efectos secundarios, y venderse en las farmacias, en cajitas de música. Una composición para cada mal. 

La música, como la lectura, nos hace mejores personas y eso es un bien impagable, el germen para que nuestra sociedad mejore. 

Carmona tiene la suerte de contar con una excelente banda que cumple tres impagables funciones: 

La primera, meterle el gusanillo de la música a los niños, con sus clases de solfeo, su paciencia, y su generosidad, para todo el que se acerca a aprender música. 

La segunda es ser una inmejorable embajadora de nuestra ciudad, paseando el nombre de Carmona por cualquier rincón de Andalucía.

Y la tercera, ser un estupendo elemento socializador, que propicia que los padres, parejas o amigos de  los componentes se conozcan, conversen, y compartan viajes y vivencias. 

Una bonita manera de agradecerle a esta banda su absoluta entrega, sería acudir el Sábado 26 a las 9 de la noche al Teatro Cerezo para presentarle nuestros respetos, abriendo nuestros oídos y aplaudiendo sus muchas horas de ensayo y sacrificio a lo largo de, ya, VEINTICINCO AÑOS. 

Manolo Martínez

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sábado, noviembre 19, 2022

COSIENDO LA VIDA


Se nos va la vida cosiendo y descosiendo el futuro. Anda que no le damos puntás. 

Le tomamos las medidas a cada instante. Cogemos dedal, alfileres y jaboncillo de marcar, y empezamos a hacerle el patrón a los días desde que nos levantamos. 

Siempre hilvanamos lo más lejos posible. Nos imaginamos dentro de cinco, diez o quince, y le cogemos los dobladillos a la realidad para no pisarnos el presente. 

Después de pespuntear cada sueño, nos probamos cada noche nuestro futuro, pero siempre nos queda holgón, así que achicamos la sisa y renunciamos a algunos deseos hasta que ajustamos el talle a las circunstancias.  

El caso es que tanta costura nos va cansando la vista, por eso nos ponemos las gafas de cobardes y dejamos que el futuro solo llegue hasta el sábado, cuando en la peña escupimos un “voy a hacer...”, o un “le voy a decir...", un mucho de nada. 


Nos subimos a un par de cervezas y gritamos como Di Caprio en la proa del Titanic:

- "Soy el rey del mundo...."

...y, desde la popa de las cervezas, que anda por la proa de los deseos, escupimos al aire "nuestras" verdades, hasta que el aire nos devuelve a la cara: saliva, realidad y un mal sabor a tabaco y alcohol.

Manolo Martínez

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sábado, noviembre 12, 2022

BAR GOYA, EL MÁS ANTIGUO DE CARMONA

  
Aún recuerdo cuando nos quedábamos a ¿estudiar? en el altillo de este bar: Tony, hermano de Alberto, Paco Pepe, Paco…, un puñado de antiguos alumnos salesianos  que, llegadas las tantas de la noche, y ya con el bar cerrado, bajábamos de puntillas para que ni Luís ni Isabel, los padres y dueños del local,  se enteraran de que íbamos a calmar nuestra hambre con cualquiera de los maravillosos guisos que hubiesen sobrado aquel día.                         

Sinuhé, el egipcio, decía: “La sed del hombre permanece inalterable, pase lo que pase, y aunque se tambalee el poderío de los reyes y los dioses se caigan de sus tronos, las tabernas no estarían más vacías que antes, porque el hombre bebe en su alegría y bebe en su tristeza…”                                                               

Escorado en un rincón de la Plaza de San Fernando, este bar le da una mano a la calle Prim, y otra a la plaza de arriba. Un edificio del siglo XVI, con fachada mudéjar acicalada con azulejos, viste a este referente hostelero de Carmona.  

Alberto, su propietario, lo conduce con el agrado que ha heredado de su madre, Isabel. 

Nos revela Alberto que fue su abuelo, Antonio, el primero que lo regentó y quién lo bautizó con su nombre actual, Bar Goya, allá por 1.942. Al morir su abuelo, se hizo cargo su mujer, Dolores, y más tarde, su padre, Luis García, quién, por último, le dio el relevo a Alberto. 

Al parecer, el origen del nombre de este coqueto restaurante-bar, se debe a que en aquella época, los bares eran despachos de vino, y éste en concreto, estaba lleno de botas de “La Goya”.  

Alberto nos sigue descorchando el pasado de su negocio, y nos desvela que, antes de que su familia se hiciera cargo del mismo, dicho local ya tenía sus puertas abiertas en 1.925, con lo que, salvo que alguien demuestre lo contrario, la convierte en la taberna más antigua de Carmona. 

El alma del Goya se esconde en su excelente cocina, al frente de la cual está un maravilloso profesional, Antonio. 

Pero sería injusto no nombrar a quién durante tantos años nos deleitó con su buen quehacer entre los fogones, Isabel, la madre de Alberto, una señora guapa, amena conversadora y de eterna sonrisa. 

Isabel nos contó hace tiempo que su suegra le pasó algunas recetas, pero que ella fue una autodidacta enamorada de su trabajo que a fuerza de experimentar, de horas y de años, consiguió llegar a ser la excelente cocinera que fue.  

Isabel nos regaló la receta de una de las tapas que más celebrábamos quiénes nos hicimos adictos a su cocina: 

RECETA DEL HÍGADO CON TOMATE de ISABEL

 Ingredientes: 

- 1 kilo de hígado de cerdo fileteado -

-1 cebolla gordita

- Orégano -

- aceite de oliva

- Vinagre -

- Una cucharada de pimentón dulce

- Una lata de tomate triturado

 - 2 o 3 hojas de laurel

- Una cucharadita de pimienta molida

 Preparación: 

Se pone aceite a calentar en una cazuela. Cuando esté en su punto, añadir una cebolla, y sofreír hasta que esté dorada. Añadir una cucharada de pimentón dulce, y antes de que se queme, agregar el tomate triturado (frito o crudo). A continuación pondremos el hígado y rehogaremos, incorporando ahora, una cucharadita de orégano y una de vinagre, una pizca de pimienta molida y dos o tres hojas de laurel.

Rehogar y cubrir de agua. Retocar de sal y dejar hervir, hasta que espese, y el hígado esté tierno.

Manolo Martínez

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domingo, noviembre 06, 2022

SEÑALES

 

De un tiempo a esta parte vengo notando que, mi mujer y yo, nos repetimos la misma cosa varias veces. 

Además, mientras cenamos viendo el telediario, ella me comenta a mi, y yo le explico a ella, lo que ambos acabamos de oírle al presentador. 

Exactamente lo mismo, con las mismas letras y la misma entonación. Y lo gracioso es que se lo vendemos a la media naranja como si le estuviésemos dando una exclusiva. 

No contentos con la concesión, además le desmenuzamos el contenido, dando por hecho dos cosas: 

una, que el cónyuge, aún estando sentado a nuestro lado, no ha escuchado la noticia,

y dos, que suponiendo que sí la haya oído, estamos seguros de que no la ha entendido. 

Siendo conscientes los dos de dichas figuraciones, lo hablamos, nos reímos…, pero irremediablemente seguimos haciéndolo.

Es como si no dependiera de nosotros, como si un Alien nos hubiera abducido y nos manejara a su antojo. 

¿Y si fueran señales? Las primeras huellas que deja una vejez que camina hacia nosotros, la punta del iceberg de la chochez. 

Pudiera ser, porque también empiezo a sentarme en la orilla de la cama como si estuviese al borde de un precipicio, cuando hace sólo unas cuántas lunas yo saltaba del lecho con la misma energía que John Wayne se tiraba de la diligencia.

En fin..., quizás sólo se esté cumpliendo el deseo que dos adolescentes se confesaron hace ya treinta navidades, hacerse viejos juntos.  (A Popov)

 Manolo Martínez

sábado, noviembre 05, 2022

EL SURICATO DE LA RONDA NORTE


En la ronda norte se encuentra uno de todo: gente joven y gente mayor, mujeres y hombres, deportistas de piernas rápidas y deportistas de lengua rápidas, de esos que necesitan tres horas porque hablan más que andan.

Hace unos días descubrí una especie más: el suricato de la ronda norte.

Es macho, mu macho, y va erguido, tieso como un ajo, pero lo que realmente le delata es que va con la cabeza girada, como la niña del exorcista, mirando más tiempo hacia atrás que al frente.

Y es que, en cuánto atisba en el horizonte del carril bici a una mujer, pone el cuello en posición de “atento”, en modo telescopio, estirando las cervicales hasta el infinito y más allá, para luego, conforme va pasando a su lado la susodicha, el suricato de la ronda norte va virando su pescuezo, y acompañando con la mirada a la abochornada mujer.

No se le escapa ni una al animalito.

Si le ves venir, y vas acompañado de una fémina, haz lo que fizimos mi compañera y yo una vez, que empezamos a andar hacia atrás, pero sin perderle la cara al suricato.

Fue una pasada verle acelerar el paso intentando adelantarnos y situarse detrás, pero más sorprendente fue su reacción al no conseguir su propósito. Se dio la vuelta, y dándonos la espalda, se alejó de nosotros, tan rápido, que le perdimos de vista en un plis plas.

No habían pasado treinta minutos cuando, instintivamente, nos giramos mi mujer y yo, y pásmense vuestras mercedes, allí estaba el suricato, a dos metros escasos de nosotros.

Le había dato la vuelta a la ronda norte hasta colocarse dónde a él le gusta apostarse, en la retaguardia.

Aunque los suricatos se alimentan principalmente de insectos, arácnidos o ciempiés, esta subespecie, el suricato de la ronda norte, necesita "darle al ojo" para subsistir, alguna carencia tendrá la criatura. 

 

Manolo Martínez

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martes, noviembre 01, 2022

LAS PALOMAS SIN MANOLO

Hoy, como todos los días por cuestiones de trabajo, he cruzado la Plaza de Arriba varias veces, y me he quedado mirando un puñado de palomas que iban y venían desorientadas, buscando, esperando.

No supe cómo decirles que hoy no habría migas de pan, porque, quien las traía, Manolo, se había ido. Lo sé porque tuve que despedirle, inesperadamente, después de cuarenta años apreciándole. 

Cuando me enteré de su marcha, todos mis recuerdos junto a él, saltaron en mi frente con la fuerza de un niño de cinco años.

 

Como, ni Manolo ni yo, éramos carne de discotecas, nos buscábamos los domingos para irnos de cervezas, tapas y conversación, que compartíamos con otro amigo, Jesús, acabando en Casa Chacón, Gamero o los “Perros pegaos”, allí dónde hubiese una barra y “jamón del canal” con sal, que tanto le gustaba a Manuel. 

Era un tío especial, con su genio y con sus cosas, pero inconfundible en sus maneras de decir lo que pensaba.

Se ha ido sin darle tiempo a despedirse de su familia, ni de sus amigos, ni de las palomas.

Ando estos días liado conmigo mismo porque, es la primera vez que me pasa esto, y esto es que, cuando me enteré de que Manolo se había ido, antes incluso de apenarme, no pude dejar de esbozar una sonrisa, y es porque todo lo que recuerdo de él va cosido al jaleo y a las carcajadas. 

Me consuelo cuando al hablar con otros amigos comunes, lo primero que me dicen es “…te acuerdas cuando Manuel…” y ahí empezamos a reírnos otra vez.

Me siento mal porque, por encima de la pena, esté la risa, y me siento bien porque, ¡coño! ¿cómo de bien lo había hecho Manuel, para que todos nos sonriamos en su despedida? 

Gracias Manuel, te echaremos de menos, y te echarán de menos tus palomas.

Ya hablaré con ellas un día de estos, cuando les lleve pan en tu nombre

Manolo Martínez

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