CARPE DIEM



Dentro de veinte años, lamentarás más las cosas que no hiciste, que las que sí hiciste. Así que, suelta amarras y abandona el puerto seguro. Atrapa los vientos en tus velas. Explora. Sueña. Descubre.


sábado, julio 31, 2021

ENTRAN POCOS EN EL KILO, MANOLO PEREA

 

Recuerdo la tarde de navidad que agarrado a la mano de mi madre nos asomamos los dos al escaparate de la tienda de Juanito Barrera, el cielo. Allí, dispuestos con exquisito gusto posaban los alfajores, mantecados y polvorones vistiendo sus mejores galas: celofanes rojos, amarillos y azules. Al lado de ellos, pero sin precio, una pirámide de dulces bajo la etiqueta de Yemas de Santa Teresa. Yo espachurré mi nariz en el cristal por verlos mejor y luego le dije a mi madre. 

—Esos mamá, compra esos  —le sugerí, señalando las Yemas de Santa Teresa. 

—No hijo, de esos entran pocos en el kilo. 

Me acuerdo de la escena cada vez que paso por la tienda y repaso en mi memoria el valor de la expresión “entran pocos en el kilo” cuando tengo la suerte de conocer a personas a las que se les puede aplicar la misma fórmula, como Manolo Perea. 

Tiene Manolo uno de los dones más grandes que nos pueda regalar la naturaleza, la capacidad de crear. 

Ver el mundo con otros ojos no está al alcance de cualquiera. La mayoría sólo vemos una silla donde hay una silla y el color amarillo es amarillo sin más. Él inventa formas y diseños a fuerza de combinar ideas y colores, telas y grafías, ilusiones y realidades. 

En su cabeza fluye con naturalidad la segunda realidad, el arte.

Puso el listón muy alto vistiendo de fantasía a las musas del carnaval y cada año, el día del Corpus, consigue crear uno de los altares más visitados de Carmona por su originalidad y buen gusto. Manolo enseño a bailar sevillanas a media Carmona, y luego, sin solución de continuidad, dibuja, diseña, boceta y viste de colgaduras los balcones de Carmona. 

Es amable, vitalista y alegre. Manolo es un tío especial que ha enriquecido la vida cultural de Carmona durante toda su vida. Manolo es diferente, es un artista. 

Manolo Martínez

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domingo, julio 25, 2021

José María Cabeza habló en "Comer, beber y hablar" de la candidatura de Carmona a Patrimonio de la Humanidad


El jueves 22 de julio celebramos la tertulia número 39 de "Comer, beber y hablar".

 Fue una tertulia extraordinaria por dos razones: 

Una, haber sido los primeros en reunir a quiénes van a intentar que Carmona sea Patrimonio de la Humanidad, es decir el Excmo. Ayuntamiento de Carmona (representado en la tertulia por el señor alcalde, Juan Ávila y el concejal de Cultura, Patrimonio Histórico y Turismo, Ramón Gavira) y el reconocido arquitecto José María Cabeza Méndez, a quien el gobierno de la ciudad ha puesto al frente de este ilusionante proyecto.

 La segunda razón fue el excepcional marco en el que la celebramos, La Hacienda L´Origen, antigua Hacienda los Alfares y un referente inevitable en el mundo de la restauración que, generosamente nos cedieron sus dueños, Gregorio Cabeza Rosario Rodríguez, a quién personalmente agradezco el comportamiento exquisito que ha tenido para con nuestra tertulia, ofreciéndonos un espacio único y agasajándonos con todo tipo de facilidades.

 

La Hacienda L’Origen  y su catering Alfardós cuenta con una amplia reputación en toda Andalucía en la organización de eventos, y ha sido el mejor espacio posible para que la disertación de nuestro laureado restaurador José María Cabeza Méndez diera el pistoletazo de salida de nuestra candidatura después de haber sido aprobada por unanimidad en el pleno del ayuntamiento de Carmona.


 


Abrió la tertulia el alcalde de Carmona, Juan Ávila, que hizo un recorrido sobre el camino andado y el que aún quedaba por andar para presentar esta candidatura.

 

Asimismo intervinieron Ramón Gavira como concejal de Cultura, Patrimonio Histórico y Turismo, quién agradeció nuestra invitación al coloquio y a los asistentes, y Gregorio Cabeza Méndez, hermano de nuestro ponente, José María Cabeza, que hizo una breve y emotiva semblanza sobre la figura de su hermano.

 


A pesar de la fecha vacacional, del calor y de ser un día laborable, tuvimos la suerte de contar con cerca de cuarenta tertulianos que intervinieron a lo largo de la noche.

Entre ellos estaban Juan Ignacio Caballos y Vicente Muela, miembros de la corporación municipal que en su momento, hace ya unos años, propuso a Carmona como Patrimonio de la Humanidad, pero una coyuntura política diferente a la actual impidió seguir adelante con el proyecto.

 


Tanto José María Cabeza, como asesor, como Juan Ávila como Alcalde, expusieron que, por supuesto, aprovecharían el trabajo ya hecho por aquella corporación en la que trabajaron como concejales Juan Ignacio y Vicente. Queda claro que la clave siempre es sumar.  



Finalmente, José María Cabeza Méndez, tomó la palabra e hizo una brillante disertación sobre los diferentes escalones que habría que ir salvando para que la UNESCO tuviera en cuenta nuestra demanda. José María Cabeza hizo hincapié la vital importancia de los moradores de la ciudad, en su imprescindible implicación. Hizo un acertado símil cuando sugirió que todos deberíamos cambiar la cejilla en la guitarra para alcanzar el mismo tono en este trabajo que tenemos por delante todos los carmonenses. 



Arguyó que no era fácil la labor a la que nos enfrentábamos e hizo gala de su vasto conocimiento sobre todo lo relacionado con el patrimonio (no obstante ha sido, entre otras cosas, Director de los Reales Alcázares de Sevilla durante dieciocho años, así como haber intervenido durante cuarenta años de profesión, en más de tres centenares de obras entre las que se encuentran: las murallas de la Macarenala Giralda y la Catedral de Sevilla, el hospital de las Cinco Llagas, el mercado de la calle Feria, la iglesia de la Magdalena, el pabellón de Méjico de la Expo del 29 …) y un sinfín de patrimonios más que necesitarían otro artículo para nombrarlos todos.

 


Una noche de verano y tertulia en un marco maravilloso
Hacienda L´origen


Juan Ávila, José María Cabeza, Manolo Martínez
De espaldas (M. Dolores Rico y José María Montero)



En la actualidad, José María, es consejero del Patronato del Real Alcázar y de la Casa Consistorial desde el año 2011 y presidente de la Sección de Defensa del Patrimonio Histórico y Cultural del Ateneo de Sevilla desde 2014.


La profesionalidad de José María Cabeza le ha hecho merecedor de diversas distinciones, entre ellas el Premio Nacional de Restauración y Conservación de Bienes Culturales 2014, que le entregaron en Palencia Sus Majestades los Reyes de España.

Juan Ávila, José María Cabeza, Gregorio Cabeza, Ramón Gavira y Manolo Martínez

Recientemente el Ayuntamiento de Carmona le nombró Hijo Adoptivo y hace pocas semanas, José María Cabeza Méndez  ha sido nombrado académico numerario de la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría para  ocupar la plaza en la sección de Arquitectura.



Queda claro que al frente de la candidatura hay una persona irremplazable, de reconocido prestigio y con un nutrido número de contactos cercanos a 
la UNESCO, necesarios para darle forma y fondo a esta candidatura     
                                                    
  Suerte a todos en el camino


Manolo  Martínez
Tertulia “Comer, beber y hablar”
  Carmona, Verano de 2021.

sábado, julio 24, 2021

ENTRAN POCOS EN EL KILO..., PEPE IBÁÑEZ

—Mary, de estos entran pocos en el kilo. 

Este era el santo y seña con el que los antiguos tenderos les “señalaban” a nuestras madres las mercaderías más apetecibles por ser las de mayor calidad. 

Algo parecido sucede con esa gente que la vida toca con la varita y que nos contagian positivismo, alegría, templanza… son gentes de las que “entran pocas en el kilo”. 

Uno de estos es Pepe Ibáñez. 

Dicen que la cara es el espejo del alma, en el caso de Pepe se cumple. La mesura de sus maneras y de su discurso se adivinan en su gesto sosegado.  

Como profesor en la Escuela Taller de Carmona, Pepe no sólo ha formado a los jóvenes sino que también les ha impregnado su visión del mundo: el trabajo como herramienta imprescindible para formarse, pero con alegría, sin aspavientos, con la constancia y la satisfacción de saber que las cosas, si de todas formas hay que hacerlas, mejor hacerlas con dedicación, con amor a lo que se hace y con la curiosidad como motor del aprendizaje. 

Pepe es una persona cercana, sencilla y siempre cordial. No hay nadie que hable mal de este enamorado del Carnaval en el que ha colaborado actívamente desde la su propia participación hasta formando parte de la organización. Es un todo terreno, pero sobre todo este hombre es la imagen del consenso, del “seguro que se puede si se quiere”. 

Es de los que transmiten buen rollo sin que ni siquiera hayas hablado con él. Tiene buen karma, buenas energías que dicen los orientales. Es alguien de trato fácil, y eso es algo impagable, sobre todo en estos tiempos de crispación. 

Ha dejado su impronta allá por dónde ha pasado, desde organizador del carnaval a presidente de la peña decana de Carmona, La Giraldilla. 

Pepe Ibáñez es  alguien imprescindible en el paisaje humano de Carmona.   

                                           Manolo Martínez

viernes, julio 23, 2021

EL SOL SE DESPEREZA EN SANLÚCAR DE BARRAMEDA

 

Cada tarde, mientras el sol se despereza en Sanlúcar desde la Plaza del Cabildo hasta la Playa de Las Piletas, la gente se desparrama por las sillas de Casa Balbino y Barbiana.


Mientras los últimos rayos zascandilean entre Bajo Guía y Bonanza, el sol se tapa la nariz con dos dedos y se sumerge en el agua templada del océano, despacio, dejándose ver.

Entretanto, la clientela de Bigote o de Casa Juan, cuenta los sorbos de manzanilla que tardará el sol en vestirse por completo de sal. La verdad sea dicha, es un momento la mar de salado.

Cada verano Sanlúcar se convierte en un tablero de ajedrez en el que la reina, la manzanilla, va comiéndose uno a uno a los peones, los que trabajamos durante 340 soles al año para poder bajar una docena de lunas a ese cielo de arena y tortillitas de camarones que se esconde en un rincón de Cai. 

                                            Manolo Martínez


domingo, julio 18, 2021

ENTRAN POCOS EN EL KILO ( SERGIO, EL CURA DE SAN ANTÓN )


Cuando nuestras madres compraban en la tienda del barrio, el tendero les recitaba a voces el precio de la mercancía que ellas le iba señalando, hasta que llegaban a las más caras. Entonces, bajaban la voz al mínimo y acercaban la boca al oído de la clienta para susurrarle: 

—Mary, de estos entran pocos en el kilo. 

Así se identificaban los mejores artículos que, al ser casi siempre los más caros, eran también de los que menos cantidad se compraba, de ahí la imagen de "entran pocos en el kilo" haciendo alusión a la calidad del producto. 

Y eso mismo ocurre con algunas personas, que entran pocas en el kilo, por su valía y excepcionalidad.  Uno de estos es Sergio, el cura de San Antón.

Sergio es sacerdote desde hace una docena de años larga, de los cuales he estado siete años en Córdoba, su cuna. Entré en al Seminario Menor con catorce años, luego estuvo cinco con el bachillerato y el COU, para a continuación finalizar mis estudios del sacerdocio. Le destinaron a la Parroquia de San Fernando (San Antón), para dirigirla como cura párroco de la misma, responsabilidad que compartía con la capellanía de las monjas Agustinas Recoletas (Convento de Las Descalzas) hasta que éstas han sido reubicadas hace poco en Chiclana. 

Dice con orgullo que debe su vocación a su madre, quién le inculcó la fé. Me cuenta Sergio como uno de sus hermanos decía que no se casaría hasta que él pudiese oficiar el matrimonio, lo que llevó a su cuñada a rezar para que no se le fuese la vocación. 

Recuerda como llegado el día de la boda, cuando se hicieron la foto de familia, el fotógrafo se asombró cuando vio las indumentarias de los allí reunidos. Su madre, como madrina que era, iba con su mantilla. Sergio, como sacerdote que les casó, con su alzacuello y el resto del vestuario propio de los curas, uno de sus hermanos con el atuendo de la Guardia Civil y el otro con el traje de gala militar, aquello parecía una película de Berlanga, recuerda Sergio lo mucho que se rieron de aquellas pintas. 

Sergio es el cura del pueblo al que todo el mundo quiere, al que todo el mundo acude. Es un tío como Dios manda, nunca mejor dicho. 


Habla maravillas de su Parroquia, de San Antón, a la que considera ejemplar en cuánto a la solidaridad con los más desfavorecidos, ayudas que se canalizan a través de Cáritas Parroquial de San Antón, dirigida por Paco Conde, a quien le debe que podamos funcionar, ya que solo carece de tiempo para gestionar esta entidad que tiene un volumen importante de trámites. 

Nos dice Sergio que los curas deben ser cercarnos a los ciudadanos y que para ello es preciso integrarse en asociaciones o hermandades con la que compartir inquietudes. Se hizo costalero en Nuestro Padre, ha asistido a varias tertulias de "Comer, beber y hablar" sobre inmigración y cofradías, a las que le invito cada vez que puedo e intenta acudir, cuando tienen tiempo libre a los actos y eventos que se producen en Carmona. 

Considera Sergio que la imagen del sacerdote aislado en la sacristía, o en su despacho, sin salir, alejado del pueblo, es algo desfasado. Es en la cercanía dónde se produce la sinergia. Afirma que hay que estar en la calle. 

Este maravilloso cura nos confiesa que su canción preferida es "Sin ti no soy nada" de Amaral, porque le traslada al momento en que su hermano falleció. Entonces la escuchaba mucho y siempre tiene esa canción rondando su nostalgia. 

Tiene una afición que le carga las pilas, las motos. Cada vez que puede hace alguna ruta con los amigos y todos los años va a Cheste (Valencia) donde está el circuito de carreras. Es la única licencia que se permite una vez al año.

                                            Manolo Martínez

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domingo, julio 11, 2021

EL CALÓ y LA CALÓ....

No es lo mismo el caló que la caló. El caló es masculino y es el que hace el paseíllo cualquier tarde de abril o mayo. Va y viene, indeciso, se instala en casa sin avisar y de idéntica manera se va. Es el aperitivo, el vete preparando, pero es amigo, se deja tutear. Incluso se le puede echar con una cerveza sin más. 

Pero entonces llegan los trillizos, y sin epidural, junio, julio y agosto. No vienen con un pan debajo del brazo, traen a la caló. La caló viene y se queda. Es cabezota, maleducada y molesta a todas horas. No te deja trabajar, ni dormir, ni descansar.

La caló es arisca y remilgada, no quiere abrazos ni achuchones, sólo demanda una cama grande y que ni la rocen.

La Caló se alía con las mujeres, no las hace sudar. Duermen tapadas y sonríen al verte transpirar. Es un pacto térmico, una alianza siniestra: ellas y la caló. Nosotros llegamos al consenso con el caló, con una cervecita fría, una terraza y poco más, pero a la caló... , a la caló....ASTURIAS... PATRIA QUERIDA...QUIEN DURMIERA EN ASTURIAS... SIQUIERA HASTA LOS POLVORONEEESS...

                                                                        Manolo Martínez

ASÍ EN LA TIERRA COMO EN EL CIELO


Hace unos días que, una docena y media de valientes, paseamos, ya entrada la noche, entre las tumbas de la Necrópolis, sin más alumbramiento del camino que el farolillo que cada uno portaba en su mano. Vistos desde fuera parecíamos la Hermandad de las Ánimas Benditas. 

Fue una visita guiada bajo el título "Así en la tierra como en el cielo", en la que el cicerone señalaba con un puntero láser las constelaciones, mientras nos embelesaba con las interpretaciones que la mitología hacía sobre el porqué de la primavera y los veranos, y el cómo se forjaron otoños e inviernos. 

Pero, de todo lo que allí se dijo, hubo algo que me dejó cogitabundo. 

 Fue cuando, al señalar una estrella, explicó que la luz que emitía había tardado casi dos mil años en llegar hasta ese mismo momento en que la observábamos. 

O dicho de otra forma, que lo que estábamos viendo pertenecía al pasado, justo al tiempo en que la necrópolis ejercía su actividad enterradora, allá por los siglos I y II después de Cristo. 

Era como si hubiésemos viajado en el tiempo. Resultaba inquietante aceptar que percibíamos aquella estrella tal y como era hacía veinte siglos, cuando en aquellos mismos caminos que ahora pisábamos, andaban también los romanos enterrando a sus romanos, y posiblemente, si creíamos en la Teoría de la Relatividad, al mismo tiempo. 

Algo así como mundos paralelos. Aturdido por aquellos pensamientos me armé de valor y adelanté mi mano en el aire, por si "tocaba" alguna presencia que mis ojos no captaran, y justo en ese preciso momento, sentí una mano fría en mi hombro. 

"¡Ostia... ostia... ostia..!," grité, mientras todos se volvieron para ver qué me pasaba. 

"Un romano que ha conseguido atravesar la puerta del tiempo" pensé. 

"O peor aún, un zombirromano que me va a fulminar por haber profanado su descanso milenario" repensé. 

De tal forma tembló mi cuerpo, que mi mujer, que era la que me había puesto la mano en el hombro, tuvo que sujetarme abrazándome fuerte contra ella antes de preguntarme: 

"¿Estás bien, cariño?" 

—No... no estoy nada bien. ¿Cuándo coño se acaba esto? Te espero en casa...

                                                        Manolo Martínez

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sábado, julio 10, 2021

ENTRAN POCOS EN EL KILO (Eugenio, EL CUÉTARA)

Cuando nuestras madres compraban en la tienda del barrio, el tendero les recitaba a voces el precio de la mercancía que ellas le iba señalando, hasta que llegaban a las más caras. Entonces, bajaban la voz al mínimo y acercaban la boca al oído de la clienta para susurrarle: 

—Mary, de estos entran pocos en el kilo. 

Así se identificaban los mejores artículos que, al ser casi siempre los más caros, eran también de los que menos cantidad se compraba, de ahí la imagen de "entran pocos en el kilo" haciendo alusión a la calidad del producto. 

Y eso mismo ocurre con algunas personas, que entran pocas en el kilo, por su valía y excepcionalidad.  Uno de estos es Eugenio González, a los que todos conocemos como El Cuétara. 

Escribe Millás que hay gente que se levanta de la cama deseando volver a acostarse y gente que se acuesta deseando volver a levantarse. El Cuétara es de los segundos. 

A pesar de la piedras que la vida le ha puesto en el camino, como a casi todos, El Cuétara, a diferencia de la mayoría, ha ido apartando cada uno de esos problemas con una sonrisa, y esa es la rúbrica de su paso por la vida. 

Eugenio siempre está de buenas y eso es una inyección de moral para todos los que nos tropezamos con él cualquier día. 

Ha hecho de todo para ganarse la vida, desde repartir las famosas galletas cuétaras, (ocupación a la que debe su apodo) hasta regentar la taberna de la peña carnavalera "Pitos de Caña", pasando por mil ocupaciones más. 

Aún así, este sonriente hombre ha buscado tiempo debajo de las piedras, para durante años, "arrear", desde la megafonía de su Simca, a los aficionados para que fuesen a animar al equipo de fútbol de sus amores, el Carmona.

¿Cuántas horas le ha dedicado Eugenio a este club cuando estaba  el campo de fútbol en San  Antón y además haciendo de todo?

¿Y cuántas veces nos ha hecho reír en los carnavales, cantando y disfrazándose de indio cheroki  o de "Tío Sam"? 

Hay gente que simplemente nos alegra los días, Eugenio es uno de ellos, por eso es de los que escasean, de los caros, de los que entran pocos en el kilo. 

Salud Eugenio, mucha salud, porque deberían recetarte en la Seguridad Social: 

—Se toma usted dos cucharaditas de esto en las comidas y, al menos una vez a la semana, pasa usted un ratito con El Cuétara, verá como nota la mejoría.

                                                            Manolo Martínez

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domingo, julio 04, 2021

¿POR QUÉ LOS PECES NO FUMAN?

El domingo 27 de junio de 2021, a las doce y dos minutos de la mañana, recién pasado el Angelus, vino al mundo este pececito (pueden verle nacer en el segundo 14 del vídeo de abajo). 

Pesó 0,5 gramos al nacer y midió casi un centímetro, todo un pezón. Su madre no necesitó epidural, ni matrona, ni siquiera le dieron después la baja. 

Dicen los astros que se alinearon en su nacimiento, que será introvertido, irritable y algo perezoso, en fin que, según las constelaciones, será un cromo, como decían nuestras madres. 

Pueden verle nacer en el segundo 14 de este vídeo. 

Menos mal que sólo saldrá del acuario para ir al colegio y para hacer la primera comunión. Nada de discotecas, nada de excursiones y nada de viajes fin de curso. Fuera del agua sólo encontrará aire contaminado y lo que es peor aún, gente contaminada. Mejor que se quede ahí, mojadito y alejado de tanta locura.

Si alguien se está preguntando qué tiene que ver el título del texto con el contenido del mismo, se lo diré: nada, sólo era un cebo, como las lombrices que ponen en el anzuelo quienes intentan pescar.

…y me ha funcionado, hoy he pescado: uno, dos, tres… de momento cuatro lectores. No está mal, pero es mejorable, la próxima vez tendré que buscar una lombriz más grande, o una mentira mayor, al parecer son las que más atraen.

Pero si, a  pesar de, alguien se sigue preguntando por qué los peces no fuman, le contestaré a la gallega, con otra pregunta:

 “Tú no serás tonto, ¿no?”

 Manolo Martínez

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sábado, julio 03, 2021

EL PUNTO DE VISTA

Hace nada nos dimos cuenta mi mujer y yo que teníamos exactamente la misma edad que tenían nuestros padres cuando nos casamos y nos preguntamos ¿qué hacían nuestros padres con la edad que nosotros tenemos ahora?

Pues hablaban. Hablaban muchísimo. Hablaban sobre las cosas simples que visten los días: el precio de la fruta, el tiempo que hará, si el geranio que les regaló la vecina agarró o se secó… o si sacarían ya la ropa de verano para guardar la de invierno. 

Un calco de lo que ahora hacemos nosotros. 

Otra cosa que hacían nuestros padres es quedarse dormidos viendo la tele. En concreto, mi padre, antes de dormirse siempre le decía a mi madre: 

Mary, quita a esos tíos pegando voces y pon a los bichos. 

Los tíos pegando voces eran los debates sobre cualquier tema y los bichos eran los documentales sobre animales de la 2. Y claro, ver al oso andando por la montaña era mejor que una tila.

Como ha cambiado el cuento, aún siendo la misma película, los mismos actores y la misma historia: padres, hijos y el paso de los años. 

Mi madre, cuando tenía la edad que yo tengo ahora, se vistió de madrina para llevarme al altar, y yo, con la edad que tenía mi madre cuando me llevó al altar, como no me vista de lagarterana… porque la emancipación de los hijos se ha alargado más que el cuerpo de nazarenos del palio de la Macarena.

Ahora cambiamos el PUNTO DE VISTA. Ahora los guionistas son los hijos, más formados que nunca según las estadísticas, pero sin saber dónde meter la cabeza. Luego la historia depende más del que te la cuente, que la historia en sí misma. 

Manolo Martínez

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