Después de estar toda la noche sin pegar ojo me sentía
pesado, por dentro y por fuera.
Allí, frente al mar, rompí el banco en el que me senté
con el peso de mi problema, pero busqué otro banco más fuerte, mi verdad.
Con ella me fuí volando con media docena de amigos que
echaron sus alas por encima de mi hombro y durante el vuelo descubrí el poema
de una desconocida, Mabel Escribano, y sus versos resolvieron mi problema:
"Es cierto que no poseo nada, pero en esa "nada", está todo cuanto necesito"
Manolo Martínez
https://www.facebook.com/Comer-Beber-y-Hablar-630331003941651/?ref=bookmarks
No hay comentarios:
Publicar un comentario