“Esto lo arreglaba yo en dos días”, escuchas a menudo en la barra del bar a los cuatro gatos de siempre con una copa de anís en la mano.
Carajóooo…, si eres capaz de tal gesta, ¿qué coño haces levantándote a las seis de la mañana para ganar mil euros?
Y además, si hasta Dios necesitó siete días para componer el mundo, ¿me estás diciendo que a ti te sobran cinco?, pues cinco tiene rima.
En fin, que en boca cerrada no entran moscas, porque hay que ver lo mala que está una mosca, sobre todo las que se alimentan de mierda.
Manolo Martínez
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