Hay personas que son ricas sin serlo, y Chari es una de ellas.
Un perol, aceite, agua, sal, un libro, su sonrisa, su conversación y su alegría de vivir.
Ese es el cortijo de Chari, quién no ha desperdiciado un solo día, como nos ocurre a la mayoría, esperando un golpe de suerte, cumplir un sueño, o vivir otra vida.
Trabajar, leer, ver amanecer cada día, y alojar, en cada rueda de jeringo, una charla, una historia, y el amor a su briega.
Éste es el cortijo de Chari, y no, no
hay dinero en el mundo que pueda comprarlo.
Manolo Martínez
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2 comentarios:
Y sí, así es Chari.Yo añadiría que es muy amiga de sus amigos y tremendamente generosa.
Así es ella, tremendamente generosa con su tiempo y su dinero.
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