Carmona cabe en un charco (por Francisco Javier Díaz Ojeda)

Como todo, o casi todo, en la vida todo depende del color del cristal con que se mira. Por esto es tan importante el punto de vista, la perspectiva, la capacidad para ver un enfoque distinto al habitual. Eso le ocurre a los artistas, sensibles por naturaleza, y con un sexto sentido para buscar dónde a nadie se le ocurre buscar. 

A pesar de que el objeto observado es el mismo, de que el cielo es el mismo, de que la lluvia es la misma, de que las cámaras fotográficas son las mismas...pero la mirada no, ahí está la diferencia, y eso que podemos seguir con la retahíla: el ojo tiene lo mismo, córnea, iris, cristalino...pero la mirada nace dentro, en el espíritu del individuo, en aquello que según Sócrates era un combinación de la inteligencia y el carácter del individuo. 

Por eso estas hermosas fotos son eso, el reflejo del carácter de la persona que las busca, las entiende y luego, dispara. Francisco Javier Díaz Ojeda busca por los charcos su ciudad, su noche, sus iglesias, sus árboles y su cielo, y el resultante son estas hermosísimas fotos. Enhorabuena Javi.

Manolo Martínez