“Que no se engañe nadie” es el título del último libro de poemas de
José Luis Rodríguez Ojeda, y
haciendo honor a tan explícito título, el poeta de Carmona afincado en Sevilla
dio de sí lo que se esperaba. No engañó a nadie, y menos aún, defraudó. Su verbo claro y contundente, sus maneras tan
literarias como flamencas y, por encima de todo, su vasto conocimiento del
tema, hicieron que una noche con todo en contra, (era laborable, hacía frío,
llovía y hasta jugaba el Betis), pues
aún así, José Luís hizo que se colgara el carrtel de “No hay billetes"
Más de treinta personas le escuchamos,
deleitándonos con un recorrido lleno de nombres propios del flamenco, con la
declamación de letras compuestas por él para cantaores de primera línea, con
anécdotas, y haciendo un discurso transversal en el que iba enlazando la
nomenclatura de los palos flamencos con el mundo de las emociones y unas
brillantes reflexiones sobre lo que es flamenco y lo que es sucedáneo
Habló de Antonio Mairena, de
Marchena y de Demófilo, padre de los Machados, habló del compás, y estableció
debates sobre falsos dogmas como aquel que asevera que nadie como los gitanos
para el cante. Hizo patria de su labor docente y provocó la reflexión de todos
los que allí le escuchábamos cuando aseguró que todo es susceptible de ser
aprendido.
También es justo agradecer la
presencia de Antonio José Moriana que se desplazó desde Écija para compartir la
tertulia y declamar más de una estrofa con absoluta devoción. Igualmente desde
el Viso del Alcor vino Manuel de los Santos, que no sólo nos dio su punto de vista apasionado sobre el
flamenco, sino que incluso se atrevió con algún cante que los allí congregados aplaudimos. En fin, una vez más, la diversidad y el pluralismo se sentaron a “Comer, beber y
hablar”, y esta vez en el hermoso restaurante del Hotel Casa Palacio Carmona,
al que agrademos su deferencia para con nosotros.
La disertación de Willy estuvo
llena de contenido y de maneras, hasta sus silencios estaban medidos. José Luis
tiene tablas en las artes oratorias, posiblemente mamadas de su oficio de
maestro. Habla como anda, y como escribe, por derecho, con la apostura de que
quien se sabe seguro de lo que dice. Su presencia y su buen narrar sedujeron
rápidamente a los tertulianos de “Comer, beber y hablar”. Un auténtico lujo
haber tenido a un ponente de su altura.
No puedo despedir este artículo sin hacer
referencia a una sorpresa que urdió mi apreciado Francisco Román (de Stylo Roma) siempre tan generoso, y en la que
implicó a Antonio Rivero, Francisco Gallego, María de Gracia López y su marido
Enrique, así como a mi mujer, todos fieles tertulianos desde hace tres años, y
que tuvieron la deferencia de hacerme un hermoso regalo como recuerdo de la
tertulia, aunque el mayor obsequio fueron sus palabras, las que todos me
dirigieron con aprecio y cariño, y que
me hicieron corroborar lo que yo tenía claro, lo mejor de las tertulias:
conocer gente y hacer amigos
Mi amigo Antonio Rivero no pudo haber elegido mejor un texto que me regaló sobre el viaje a Ítaca:
"Cuando emprendas tu viaje a Ítaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los lestrigones ni a los cíclopesni al colérico Poseidón..."
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los lestrigones ni a los cíclopesni al colérico Poseidón..."
La he leído con regusto muchas veces, Antonio, porque tan bien la elegiste que leo cada uno de los mensajes que se esconden en esos versos: las muchas Ítacas a las que todos queremos regresar, y los demonios que por el camino de la vida aprendemos a sortear. Gracias Antonio
Francisco Gallego es un tertuliano ejemplar, siempre pone su nota de humor y de saber estar.
Le agradezco las palabras que me dejó sobre la mesa, porque el aprecio, como él sabe, es mutuo.
Le agradezco las palabras que me dejó sobre la mesa, porque el aprecio, como él sabe, es mutuo.
María de Gracia López leyéndome un hermoso texto que me tocó de cerca y me dejó claro que las tertulias me han traído amigos como ella y su marido Enrique, un pago éste difícil de superar. Aún recuerdo el día que me acerqué a vosotros mientras tomábamos una cerveza para invitaros a vuestra primera tertulia. Me alegra sinceramente haberos conocido.
Francisco Román desvelándome la sorpresa que me había preparado junto a otros tertulianos. No conozco a muchas personas con la implicación en mil cosas de Francisco (deporte, cultura, amigos...) un placer tenerte cerca. Gracias por todo.
Tertulia "COMER, BEBER y HABLAR"
Manolo Martínez
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