Algunos achacaron este inusual escenario a las abundantes lluvias de éste mes de abril que han conseguido que las flores nazcan por doquier.
Otros culpaban a una bruja en concreto, la bruja de Dagaz.
El caso es que el insólito hecho hizo que hasta el mismo Alcalde quisiera comprobar personalmente aquella inusitada presencia.
Todos los allí reunidos decidimos cambiar la frase con la que deshojamos las margaritas, porque nadie tenía que preguntarle aquello de “¿me quiere o no me quiere?”
Margarita quiere a todo el mundo, al igual que todo el mundo la quiere a ella, por tanto, el deshoje tenía que responder otra pregunta:”¿me lees o no me lees?”
Todos le respondimos quedándonos con el pétalo del “teleo” entre los dedos, y su última novela "La bruja de Dagaz" esperándonos.
Manolo Martínez
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