La verdad sigue estando dentro: en el corazón, en la acción y en el pensamiento, y eso a pesar de habernos acostumbrado a vivir en una sociedad, tan de apariencias, que acabamos creyéndonos que somos lo que decimos, lo que vestimos, o lo que manoteamos al viento en nuestras soflamas de tabernas.
Las palabras y los aspavientos son sólo cáscara, el envase vacío de contenido.
La verdad está en la escoba en la mano, en las naves abiertas de par en par de la Peña de la Giraldilla, en la Casa Hermandad de la Virgen de Gracia o en la Banda de Cornetas y Tambores Nuestra Señora de Gracia de Carmona que gestionan la recogida de tantas y tantas anónimas donaciones de los carmonenses para los damnificados de Valencia.
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