CARPE DIEM



Dentro de veinte años, lamentarás más las cosas que no hiciste, que las que sí hiciste. Así que, suelta amarras y abandona el puerto seguro. Atrapa los vientos en tus velas. Explora. Sueña. Descubre.


domingo, octubre 24, 2021

El ayuno


El dulce placer de no hacer nada, en italiano suena aún mejor, “il dolce far niente”, tiene el encanto de los pecados, pero se ha vuelto tan complicado como que lo primero que hagamos al levantarnos sea desperezarnos, no conectarnos (a facebook, twitter o instagram).  

Abstenernos de entrar en las redes sociales durante un tiempo no debiera ser una pose, sino la presentación de nuestra candidatura a ser un poco más libres. Hay que empezar a cogerle los dobladillos a esa sobreinformación que nos pisamos a diario, y con la que sólo pretenden desinformarnos.  


 Ir despacio por los días y pararte a observar es aprender a besar la rutina. Yo me enamoré de lo pausado practicando Taichi cuando se me descosió la vida por primera vez. 


Desde entonces escucho más que hablo, e intento buscar la orilla de las cosas para sentarme en ella a verlas pasar. 

Un acertado comentario de un amigo de facebook sobre mi absurda necesidad de prevalecer en las redes sociales me hizo plantearme un ayuno voluntario de redes. Aunque antes tengo que enterarme si para esa hipotética desconexión hay algo parecido a la metadona que contrarreste la abstinencia.  Ya les contaré cuando vuelva del país de nunca jamás, si es que me voy, y si es que vuelvo si me voy. 

Manolo Martínez

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