—Mary,
de estos entran pocos en el kilo.
Así se identificaban los mejores artículos que, al ser casi siempre los más caros, eran también de los que menos cantidad se compraba, de ahí la imagen de "entran pocos en el kilo" haciendo alusión a la calidad del producto.
Y eso mismo ocurre con algunas personas, que entran pocas en el kilo, por su valía y excepcionalidad. Uno de estos es Sergio, el cura de San Antón.Dice con orgullo que debe su vocación a su madre, quién le inculcó la fé. Me cuenta Sergio como uno de sus hermanos decía que no se casaría hasta que él pudiese oficiar el matrimonio, lo que llevó a su cuñada a rezar para que no se le fuese la vocación.
Recuerda como llegado el día de la boda, cuando se hicieron la foto de familia, el fotógrafo se asombró cuando vio las indumentarias de los allí reunidos. Su madre, como madrina que era, iba con su mantilla. Sergio, como sacerdote que les casó, con su alzacuello y el resto del vestuario propio de los curas, uno de sus hermanos con el atuendo de la Guardia Civil y el otro con el traje de gala militar, aquello parecía una película de Berlanga, recuerda Sergio lo mucho que se rieron de aquellas pintas.
Sergio es el cura del pueblo al que todo el mundo quiere, al que todo el mundo acude. Es un tío como Dios manda, nunca mejor dicho.
Habla maravillas de su Parroquia, de San Antón, a la que considera ejemplar en cuánto a la solidaridad con los más desfavorecidos, ayudas que se canalizan a través de Cáritas Parroquial de San Antón, dirigida por Paco Conde, a quien le debe que podamos funcionar, ya que solo carece de tiempo para gestionar esta entidad que tiene un volumen importante de trámites.
Nos dice Sergio que los curas deben ser cercarnos a los ciudadanos y que para ello es preciso integrarse en asociaciones o hermandades con la que compartir inquietudes. Se hizo costalero en Nuestro Padre, ha asistido a varias tertulias de "Comer, beber y hablar" sobre inmigración y cofradías, a las que le invito cada vez que puedo e intenta acudir, cuando tienen tiempo libre a los actos y eventos que se producen en Carmona.
Considera Sergio que la imagen del sacerdote aislado en la sacristía, o en su despacho, sin salir, alejado del pueblo, es algo desfasado. Es en la cercanía dónde se produce la sinergia. Afirma que hay que estar en la calle.
Este maravilloso cura nos confiesa que su canción preferida es "Sin ti no soy nada" de Amaral, porque le traslada al momento en que su hermano falleció. Entonces la escuchaba mucho y siempre tiene esa canción rondando su nostalgia.
Tiene una afición que le carga las pilas, las motos. Cada vez que puede hace alguna ruta con los amigos y todos los años va a Cheste (Valencia) donde está el circuito de carreras. Es la única licencia que se permite una vez al año.
Manolo Martínez
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