La tribu india de los Lakotas , atesoraba un método infalible para la educación de sus hijos. Les invitaban a observar la conducta de los adultos .Esa era su regla de oro . Esta inmejorable fuente educadora , además , incitaba a los padres a vigilar continuamente su propia conducta y conversaciones , sabedores del espejo que ambos representaban para los niños .
Hoy , la permisividad excesiva , la falta de tiempo de los padres ( siempre al socaire de un tercermundista horario laboral , irreconciliable con las responsabilidades familiares ) , y una equívoca generosidad (de dar a nuestros hijos todo cuanto nosotros no tuvimos y más ) , son la fuerza de la gravedad que tira de la roca educacional , una y mil veces, hacia la falda de la montaña . Y es ahí donde se anclan las responsabilidades de nuestros enanos y dónde se frustran las horas de trabajo del profesor .
Hace poco que nuestros maestros se han reencarnado en Sísifo , aquel hijo de Eolo , al que los dioses condenaron a subir la misma roca , una y otra vez , a la cima de una montaña
, ya que al llegar a la cumbre , la roca volvía a rodar ladera abajo , y Sísifo , volvía a emprender la estéril escalada .
Claro que siempre hay algunos Sísifos benditos , que no creen en el destino , ni en la maldición de los Dioses .Y se rebelan .Y nadan contracorriente .Y suben ( con inhumanas dosis de paciencia ) a muchos de sus alumnos , a la cresta del respeto , la prudencia , la generosidad , apuntalándolos como buenamente pueden , mientras bajan de nuevo por otro niño-roca . Y comienza otra vez la escalada .Así , de Lunes a Viernes y de Septiembre a Junio . Cuando se critica a los maestros por tantas vacaciones , igual que se malhabla de los sueldos de los albañiles , la respuesta viene sóla : ahí está el tajo , para el que lo quiera coger.
Alguien dijo que la vida es una negociación perpetua con las sorpresas de la realidad .Y encontrar a ese Juan Salvador Gaviota , que a la par que les instruye en que 2 + 2 son 4 , te advierte que más importante que esa obviedad ( que cualquier libro te puede recordar ) , es aprender ( y eso se aprende , no nos lo inyectan en los genes) , que hay otra opiniones distintas a las nuestras , pero no menos válidas . Que la palabra del que ocupa el pupitre de al lado , tiene el mismo valor que la suya .Que la aritmética no se cumple siempre en la pizarra de la vida . Un maestro vocacional , es un aval impagable para afrontar el futuro personal de nuestros hijos , pero nunca pretendamos que nos sustituyan . Las Matemáticas , la Ciencias naturales , los Idiomas , son conocimientos transmisibles a través del hardware de los libros , la pizarra y ese ratón inalámbrico y blanco , que es la tiza . Pero para enseñarles a ser personas , tiene uno que disfrazarse de lakota , y enseñar con la conducta , más que con la palabra .Tener la capacidad para que , en la misma hora que dura una clase , ponerte duro como Bogart , y a renglón seguido robarles unas risas a un pelotón desmadrado , eso , o es un don , o amor a lo que haces . Escuchar con estoicismo tanto ripio , y sacar del mismo fruto , debe de ser agotador . Châpeau para los maestros .
Cada mañana , cuando deshabitamos a la culpable de nuestra hipoteca , uno se echa la mochila al hombro , y el otro , la mañana a la espalda . Subimos los , a veces , enormes escalones que nos separan del mediodía . Nos despedimos con un : “ que tengas un buen día...”
Luego , en el rellano del almuerzo , le preguntamos a nuestros cachorros por sus avatares escolares. Si la sonrisa preside su conversación , tenemos la certeza de que todo funciona , en ese engranaje complejo de hacerse mayor . Máxime cuanto te dicen :
“ Papá , hoy nos ha castigado el maestro , pero tenía razón . Y luego , nos contó un chiste muy gracioso , ¿ te lo cuento ? ... Lo único malo que tiene , papá , es que es del Sevilla , pero eso no importa ¿ verdad papá..?.Tengo ganas de que llegue mañana para ir al cole .”
Cuando un niño se manifiesta así , es que tiene detrás a un maestro vocacional .
( A Félix Carmona , un maestro lakota que ama su profesión )