Dentro de veinte años, lamentarás más las cosas que no hiciste, que las que sí hiciste. Así que, suelta amarras y abandona el puerto seguro. Atrapa los vientos en tus velas. Explora. Sueña. Descubre.
Como esto no cambie, y desciendan las temperaturas, nos vemos a Papá Noel bajando sus posaderas, fotodepiladas, y divididas por el hilillo de un tanga, por la chimenea.