MIENTRAS DURE LA VIDA
Francisco Rodríguez Nodal se ha cambiado de casa porque en la suya de la calle Sevilla ya no cabía todo cuánto sus manos habían creado y su cabeza albergado: muebles de impagable hermosura, sus libros, sus pinturas, murales, proyectos y recuerdos. Pero, sobre todo, allí ya no cabíamos todos los que le queríamos: su familia, sus aprendices, sus alumnos, sus amigos…éramos demasiados, por eso Francisco empezó su mudanza el pasado viernes 10 de enero para instalarse en una casa con tanto espacio como luz. Les doy a ustedes la nueva dirección por si ustedes quieren visitarle alguna que otra vez. Vive Francisco desde hace un par de días en nuestra memoria. Este nuevo hogar tiene una preciosa escalera que comunica las dos habitaciones más bonitas de la casa, el corazón y los recuerdos.
Francisco se mudó a su nueva casa el mismo día que don Miguel de Unamuno entraba en el Teatro Cerezo con la película “Mientras dure la guerra” para convencernos, que no vencernos, que la única bandera que merece la pena no está hecha de tela ni de colores, sino de pensares, como los de Machado. Puede que sea una causalidad más, como las de Paul Auster, pero Unamuno escuchaba en nuestro teatro el mismo día que Nodal se mudó de casa, aquellos disparos que nuestro artesano oía en los amaneceres del 36 con apenas diez años.
Dejo aquí, en homenaje a la memoria de Francisco, una tarde en su taller en la que mi amigo Fernando Baeza y yo, llenamos nuestros oídos con las historias con las que Francisco cosió su vida a su obra. Todo un privilegio haberte conocido. Gracias por todo Francisco.
Manolo Martínez
Francisco Rodríguez Nodal dedicó toda u vida a engrandecer el nombre de su ciudad a través de su exquisita labor como ebanista, tallista, pintor y escritor. Es imposible enumerar en este reportaje el extenso curriculum de Francisco, pero no podemos obviar que, desde que se formó en
Fotografías: Fernando Baeza Sánchez
Texto: Manolo Martínez