Desde el 16 de octubre hasta el 13 de
noviembre se celebra el Festival de Teatro de Humor de "El Perol". Son veinte años los que cumple este festival, consiguiendo todo un hito en el mundo de la cultura, que es llenar durante cinco viernes seguidos el teatro. Habría que ir pensando en, al menos durante el tiempo que dura este magnífico evento,cambiarle el lema que reza en el escudo de Carmona y dejarlo así:“SICVT CARMONA LVCET IN
VANDALIA, ITA IN TEATRO CEREZO EL PEROL”, porque aparte de la coña, no estaríamos faltando a la verdad.
Allá por 1996, un grupo de socios, con el asesoramiento técnico de Jose Antonio Aguilar, Malajesolo, hilvanó lo que hoy por hoy es el buque insignia de esta asociación cultural.
Este ciclo de teatro ha contado siempre con el apoyo del Excmo. Ayuntamiento de Carmona a través de su Delegación de Cultura, que aparte de la ayuda económica, le cede las instalaciones del magnífico Teatro Cerezo.
Que
en los tiempos que corren, una actividad lúdica y educativa, sea capaz de poner
el cartel de no hay billetes durantes dos décadas ininterrumpidas es un aval
tan sólido, y un logro tan meritorio, que es de justicia reconocer la
excepcional labor que la Peña “El Perol” ha sabido materializar. Siendo la
cultura el mayor patrimonio que una persona, un pueblo y una sociedad pueda
transmitir a sus hijos, y ante la evidencia innegable de que el humor es el
mejor medio para su difusión, ignorar que esta asociación cultural es un activo
insustituible, y un referente en Carmona, sería de una torpeza imperdonable.
Cuando
la palabra, la mímica, o la música, son capaces de componer el espíritu a base
de un chute de endorfinas, no podemos obviar que el humor y el humorista, el
arte y el artista, acaban formando parte de nuestro mapa emocional, de nuestro
cartapacio intelectual.
Ser
feliz, por siempre jamás, es una utopía que a diario anhelamos los usuarios de
la vida, pero ser feliz durante 60 minutos solo te cuesta 12 euros, lo que
cuesta una entrada para el teatro de humor del Perol, aunque dada su eficacia
terapéutica, habría que proponerle a la Junta (Danda Lucía) la posibilidad de que en los ambulatorios receten este Festival de Humor "El Perol". En vez
de ansiolíticos o antidepresivos, tome usted una entrada para el teatro del
Perol, si bien la dosis que los facultativos recomiendan a los “pacientes/espectadores",
es de una cada siete días, o un abono para los cinco viernes que dura el
festival, dosificación que nos garantiza:
- Salir de casa
durante 5 viernes seguidos.
- Volver a casa esos
mismos 5 viernes, pero un poco más dichosos, achicando nuestras preocupaciones,
gracias a una hora y pico de muecas, mohines y reflexiones positivas.
- Entretanto nos
invita a socializarnos, a vernos con los amigos, con los compañeros de butaca,
con la gente a la que solo vemos de Navidad en Navidad, de Feria en Feria, y
ahora ya… de Perol en Perol.
…y
de camino, esta afluencia generosa de
personal, da una alegría a los negocios cercanos al teatro, desde El Tota a la
Taberna del Miro, pasando por la tentación con forma de calamares fritos que nos seduce en la Taberna de la Viuda.
Por otros veinte años más preñados de risas, y
yo que los vea.
(Todo lo aquí dicho pudo ser fruto del Tierra Blanca compartido con el siempre amable Juan Dana, o del Beronia
acompañado del encantador Curro Varela,
o de la Cruzcampo con el punto azul disfrutada con el cordial Jesús Camacho,
pero no, lo aquí expuesto solo es consecuencia del reconocimiento a un puñado
de carmonenses que han regalado
desinteresádamente alegría y cultura a su pueblo. Sebastian…, que güenos
estaban los canapés)
Escrito por Manolo Martínez