La Iglesia, los medios de comunicación, médicos, políticos de distintos partidos, psicólogos, Cáritas, voluntarios, profesores...fueron los tertulianos de la tertulia de los inmigrantes, avalando una vez más que "Comer, beber y hablar" es, ante todo, una tertulia plural, abierta a todo el que quiera venir y disentir o asentir, pero siempre opinar.
Quiero desde aquí agradecer a EL GRIFO INFORMACIÓN, en las personas de Ramón Rodríguez y Mari- Carmen Fernández, la cobertura de esta tertulia en la que además, en esta ocasión, Ramón fue uno de sus magníficos ponentes cargado de datos, experiencia y formación en el tema migratorio. Compartió la dirección de dicha tertulia con Miguel Rivas, con tanta información y tan buena exposición, que les faltó tiempo a ambos para redondear sus intervenciones.
La tertulia sobre la inmigración se convirtió en una grata sorpresa. Primero por la numerosa, aunque inesperada asistencia, dado el controvertido tema que había sobre la mesa, y segundo porque fue tan participativa que ha sido la tertulia en que nos hemos levantado más tarde de la mesa. Un placer ver que la gente quería seguir hablando, discrepando o asintiendo, pero opinando.
Abandonar tu país no es plato de buen gusto para nadie.
Sobre todo porque cuando tomas esa difícil decisión, estás tomando otras colaterales y mucho más gravosas, como dejar a tu familia, a tus amigos, tu pueblo, tu calle, tus vecinos...
No, no debe ser fácil. Pero aún peor es cuando, una vez asumido el cambio, te encuentras con una sociedad que en demasiadas ocasiones se vuelve hostil, aunque por suerte no es la pauta general.
El cartel anunciador de esta tertulia reproduce una reflexión del Papa Francisco que dice:"Todos los muros caen, hoy, mañana, o dentro de cien años, pero todos caen. El muro no es una solución"
¿Hay alguien que pueda aportar razones, o argumentar para PROHIBIR esa aspiración a NO MORIR DE HAMBRE, o a vivir con dignidad?
María de Gracia López, médico pediatra del Centro de Salud de Carmona y del Centro San Juan de Ávila, nos habló de su experiencia con los inmigrantes en dicho centro y, como siempre, puso claridad, sentido común y juicio en sus argumentos.
Paco Conde, presidente de Cáritas nos informó sobre cómo aliviaba esta asociación las penalidades de los inmigrantes. Igual hicieron Margarita y Mary Villa, luchadoras incansables, que le quitan tiempo a sus días para contribuir a tan digna causa.
También quiso estar con nosotros Agustín Guisado, ofreciéndonos datos e información que le aportaban su profesión.
Los conductores de la tertulia fueron Ramón Rodríguez Gómez y Miguel Rivas Cano.
Los conductores de la tertulia fueron Ramón Rodríguez Gómez y Miguel Rivas Cano.
Ramón nos acercó a la inmigración desde su experiencia en la Administración y aportó sus conocimientos como Educador Social, Antropólogo y Pedagogo. En el poco tiempo del que dispuso (debido a la alta intervención del resto de tertulianos) sintetizó de manera magistral desde las causas por las que emigran los menores hasta cómo era su itinerario migratorio, pasando por los problemas que presenta su atención, sobre todo las niñas migrantes no acompañadas, como viven en los Centros de Protección y cómo los recibe la sociedad andaluza a la hora de facilitar su plena integración social una vez que cumplen los dieciocho años.Por su parte Miguel, el otro conductor del coloquio, es secretario de la Asociación Intercultural Puerta de Sevilla, de la que es fundador, así como fundador de la Asociación juvenil misionera Adáfrica. Es conocido por su actividad en pro de los inmigrantes y su lucha para facilitar el conocimiento y acercamiento de este colectivo, al mismo tiempo que facilita su integración social en nuestra sociedad. Miguel conoce bien el fenómeno migratorio, desde muy joven está dedicado a trabajar con este colectivo. Miguel abrió un necesario debate entre las diferencias entre integración e inclusión, como dos formas bien distintas de acoger al inmigrante, sometiéndole a nuestros roles sociales o por el contrario respetando sus creencias y costumbres.
Quiero agradecer de manera especial al cura párroco de
San Antón, Sergio García Rojas, el esfuerzo por estar en la tertulia, y sobre todo, el que acrecentara el valor del coloquio con su punto de vista como servidor de la Iglesia.
Esa noche fuimos nosotros los que le"bautizamos" a él, esta vez como tertuliano, gracias Sergio.
Inteligente y templada fue la intervención de Vicente García Baeza, desde siempre ligado a las distintas asociaciones de Carmona de carácter solidario como Adáfrica o Carysa, y profundo conocedor del tema migratorio.
Silvia Álvarez, psicóloga que nos argumentó sobre el sufrimiento adaptativo al que se veían sometidos quienes abandonan su país, ilustrándonos con su verbo fácil y lleno de sensatez sobre las diferencias en lo procesos adaptativos de los inmigrantes debido a su distinta cultura y maneras de catalizar sus problemas. Igualmente Clara Fernández, como psiquiatra, nos aportó su punto de vista sobre la realidad de los inmigrantes al tener que aparcar sus vidas forzósamente en lugares no siempre acogedores.
Fernando Baeza (padre), como cada vez que nos visita, hizo gala de un lúcido pensar, haciéndonos ver otras maneras de interpretar y buscar soluciones distintas, más efectivas que la caridad y sobre todo, atajando el problema en sus semillas. Qué suerte tenerle como interlocutor.
Fernando Baeza Sánchez, tertuliano fiel, aportó igualmente su visión desde la óptica de alguien sensible a esta causa.
Fueron muchas más las intervenciones, pero no tengo espacio para nombrarlas a todas.
Sí necesito darles las gracias una vez más por una noche en la que volvimos a romper la rutina y a socializarnos, en esta ocasión sensibilizándonos con nuestros semejantes, como no podía ser de otra forma.
Tras finalizar la tertulia, como siempre, el último intercambio de impresiones y la última copa. Precisamente en esta tertulia, este último momento fue para mí un regalo. Escuchar a Pablo y a Moi, dueños de Lolita Fusión, hablar de sus perspectivas, de su trabajo, de su generosa (y no publicitada), forma de integrar (o mejor dicho, hacer inclusión) desde su negocio, a personas de su gremio que necesitan ese empujón, es un obsequio para el ánimo de cualquiera que conozca de lo difícil que a menudo es recibir más que ayuda, empatía, colaboración, el necesario empujón. El que aquí escribe se emocionó oyendo a dos personas tan jóvenes como Pablo y Moi, pero con una cabeza tan bien amueblada. No necesitáis suerte, tenéis algo mejor, vuestro trabajo y forma de ser. Lolita Fusión es un lugar único, no sólo por sus buenas viandas y caldos, sino sobre todo por su patrimonio en lo personal.
Manolo Martínez
