Hace casi un año mi vecina, y aún así amiga, Eva Rueda, me facilitó el teléfono de Luís García Montero, tesoro que guardé en mi "caja blanda" primero, y luego en la memoria de mi móvil. Desde entonces tuve el pretencioso sueño de traerle a "Comer, beber y hablar". Una tarde de marzo, mientras escuchaba a su amigo Joaquín Sabina cantar: "....cuando juego mi muerte al verso que no escribo,cuando sólo recibo noticias de la muerte..."
Estos versos pertenecen a un poema que su Luís le regaló, "Nube Negra", cuando Sabina estuvo más malito que bueno. La aprensión me ganó y me dije: -"Palante...que aquí estamos dos días".
Aparqué mi vergüenza torera, me "apreté los machos", me tomé un whisky doble (y eso que yo no bebo whisky) y llamé a Luís, miento, le mandé un "guasa", así me aseguraba que lo leería al menos. Desde aquel día de marzo hasta este jueves de otoño, en ningún momento me dijo Luís que no vendría, ni una sola vez. Sólo me pedía que esperase a que pudiese cuadrar una fecha.
El pasado 7 de noviembre cumplió su palabra, a pesar de su vertiginosa agenda que le ha llevado en apenas dos meses a Estados Unidos Francia, Argelia, Italia y Egipto, a pesar de sus infinitos compromisos en presentaciones de escritores consagrados, de discursos en mil encuentros de sesudos intelectuales, a pesar del tiempo que saca debajo de las piedras para sus impagables artículos de opinión...a pesar de todo, Luís se plantó en nuestra tertulia con una amabilidad, paciencia y sencillez que le retratan como lo que es, un tipo estupendo, aparte de, según muchos, el mejor poeta vivo de España.
Desde que le recogí en la Estación de Santa Justa junto con la directora del gabinete, Rosa León (otra agradabilísima sorpresa) hasta que le despedimos, no hubo la más mínima exigencia, ni mueca de cansancio (a pesar de tenerlo acumulado), ni siquiera rechazó las mil fotos que los tertulianos quisieron hacerse con él.
El esperado encuentro tuvo lugar en el "Molino de la Romera". Allí estuvieron Jose Luís Blanco Garza, Eva Rueda, Juan Ignacio Caballos, Mariela Bascón, Antonio Rivero, Almudena Tarancón, Mary-Ángeles Piñero, Silvia Álvarez, Enrique Ávila, Carlos Guisado, María de Gracia Carrera, Pablo Martínez, Encarni Milla, Cristina Aranzana, Francisco Gallego, Paco Ortiz, Vicente Baeza...así hasta 45 personas cuyos nombres omito por no ocupar el resto de este artículo, pero a los que agradezco igualmente su generosa presencia.
Abrió el acto Juan Francisco Rodríguez Testal, Profesor de la Facultad de Psicología de Sevilla, que fue el encargado de presentar a Luís García Montero. No pudo abrir Juan de más hermosa manera la tertulia que informándonos de la existencia en la Universidad de Keele (en el centro de Inglaterra) de una farmacia de poesía que ofrece primeros auxilios literarios dado el beneficio que la poesía tiene sobre la salud mental, según sus propias palabras.Prosiguió con un certero recorrido por la obra de Luís, para acabar refiriéndose a García Montero como “uno de los pocos destinados a la letra grande de la historia de la literatura”, palabras que le pidió prestadas a José-Carlos Mainer.
Compartiendo la mesa, junto a Luís y Juan Francisco, Manuel Vázquez Marrufo, Profesor titular en el Departamento de Psicología Experimental de la Universidad de Sevilla, que hizo una genial intervención ilustrándonos sobre los cambios que se producían en el cerebro durante el proceso creativo.
Y luego escuchamos a Luís. Casi dos horas alimentándonos con el verbo brillante y lúcido de Luís, amén de las viandas y los caldos que en el Molino de la Romera son más que buenos. Nos habló, porque así se lo pedimos, de todo. De cultura, de poesía, de educación pública, de la amistad...Su voz suave, su ritmo templado, su anecdotario impagable, su sentido del humor su presencia y su lúcida visión de la vida, nos sedujo desde el primero hasta el último.
Sobre la poesía Luís nos dejó claro que: "La gente se interesa por la poesía cuando la poesía habla de la gente, cuando la poesía huye de la cursilería y del amontonamiento de palabras bonitas. Hacer poesía es aprender a mirar en medio de la rutina"
Sobre la amistad, nos argumentó sobre esta reflexión suya: “Somos una conversación con nuestros libros, nuestros amigos, nuestra gente. Como espacio de convivencia, la edad enseña que es mucho más razonable una buena amistad que una patria, para cambiar el mundo, defender una solución política, cantar un himno”
...y así fue transcurriendo la tertulia, aderezada además con las intervenciones de numerosos tertulian@s. Almudena Tarancón declamó maravillosamente un poema de Luís. Jose Luís Blanco Garza nos donó una soleá y sus certeras palabras.
. Eva Rueda nos regaló las anotaciones que hacía de sus lecturas en un cuaderno digno de ser subastado para conocer los apuntes de esta encantadora y vocacional profesora de literatura. Juan Ignacio Caballos le habló al maestro de Borges y su "no compartida" clasificación de los géneros literarios. Encarni Milla argumentó sobre la educación pública. Antonio Rivero intervino enlazando, con la genialidad a la que nos tiene acostumbrados, su mundo como Economista con el de las letras. Tampoco nos privó mi amigo Enrique Ávila de sus siempre sensatas participaciones.
Silvia Álvarez nos habló de su impagable voluntariado en los desenterramientos llevados a cabo a través de la Ley sobre La Memoria Histórica y Mary Ángeles Piñero, Directora de la Biblioteca, le regaló a García-Montero unos libros ligados a la poesía hispanoamericana y a Palimpsesto, revista que llega puntualmente al Instituto Cervantes que dirige Luís. Echamos de menos a Fran Cruz, poeta, e insustituible gestor de Palimpsesto. Con toda seguridad olvido alguna intervención, alguna reflexión, algún amigo, pero fue tan intensa la tertulia, que sabréis perdonar mis más que seguros descuidos.
Luís García Montero atendió a todo el mundo, capacidad que como dice un amigo suyo, lleva consigo a costa de restarse ese tiempo a sí mismo. Puede estar orgulloso este granadino universal de haber contribuido con sus versos a abrir de par en par las puertas a innumerables historias personales (de amores y desamores, de pesares y pensares, sociales e ideológicas, solidarias siempre).
Luís García Montero ha venido a Carmona, a la tertulia "Comer, beber y hablar", y yo, permítanme la vanidad, he cumplido otro deseo.
Gracias a Luís y Rosa, (Director del Instituto Cervantes uno, y responsable de su gabinete la otra). Gracias a Luís y Rosa otra vez (azarosa coincidencia) dueños del Molino de la Romera. Gracias al incansable Jesús y el equipo que nos atiende de inmejorables maneras.
Gracias a Ramón Rodríguez de El Grifo Información, que sigue regalándonos su tiempo y sus fotografías. Gracias a Circuito Carmo-electrónica de nuestro amigo Juan Sánchez, y a su relevo generacional, el siempre dispuesto Alex.
Y gracias a mi amiga Mariela Bascón, a la que encargué un recuerdo a plumilla para Luís García Montero, y le salió otra obra de arte.
Gracias, salud y tertulia para todos.
Manolo Martínez