Dentro de muy poco tiempo abrirá en Carmona un nuevo
bar. Será con toda seguridad el mejor bar de la ciudad, con tapas originales,
una carta de vinos impresionante y una puesta en escena fuera de lo habitual.Si quieren saber cómo se llama y dónde se encuentra,
por favor, deberán leer este texto hasta el final. Ahí les descubriré cuál es y
el día de su inauguración.
Llevo publicando lo que escribo desde 2001 (en un periódico local, en un
blog y en otros espacios, como las redes sociales o concursos
literarios en los que me han premiado, más por suerte que por atino)
Tenía que buscar una afición barata. No tuve en mi adolescencia dinero para
escopeta y perro, ni para caña de pescar y sedal, y la verdad, tampoco me atrajeron
nunca esos apegos. Un bolígrafo es, lo primero, barato, y luego cómodo, no
tengo que moverme de mi casa, ni siquiera ponerme el chándal para ejercer mi
devoción.
Nada de esto viene a cuento de lo que realmente quería confesarles a
ustedes, y es que, después de tantos años casando letras sin más intención que
la de divertirme, he comprobado una y otra vez, con más pena que alegría, que
de todas las tonterías que llevo escritas en estos veinte años, las que más
repercusión tuvieron, y de largo, fueron las que hacían alusión a los bares (que
dicho sea de paso, me parecen espacios sagrados), pero no digo ninguna mentira
si les confío que si lo que escribía no estaba relacionado con ninguna taberna,
apenas lo leían una docena de amigos, y las redes me devolvían una triste
captura (Tres Me gusta, Un Me encanta y Cero veces Compartido).
Quizás no sea muy inteligente tirar piedras a mi propio tejado, pero tocaba. Hoy he querido "pescar" posibles lectores con el mejor cebo que hasta ahora he tenido, un bar, el mejor bar de Carmona.
Pensé: anda...si les voy abriendo el apetito con una maravillosa estampa tabernaria y luego les hago la cama diciéndoles que abrirá sus puertas en Carmona, como mínimo se pararán a leer el primer párrafo.
Pues lo siento, os he engañado, estafado y mentido. Pero no os voy a pedir disculpas. Pídanmelas ustedes a mí, porque ya es triste que sin cervezas no haya lecturas. Aprendida la lección, cuando organicé las tertulias "Comer, beber y hablar", tenía claro que tenía que ser en los bares, con cervezas y tapitas. Hablar ya hablaríamos de lo que fuera. Lo siento, no hay bar nuevo.
(Gracias por la generosa acogida al artículo de Mingalario. Queda claro que
el mérito está en las pringaítas no en
mi boli bic)
Manolo Martínez