Dentro de veinte años, lamentarás más las cosas que no hiciste, que las que sí hiciste. Así que, suelta amarras y abandona el puerto seguro. Atrapa los vientos en tus velas. Explora. Sueña. Descubre.
Salón donde celebramos las tertulias en el Molino de la Romera
Hotel Alcázar de la Reina
Piscina y patio Hotel Alcázar de la Reina
Comedor y espacio tertulia Casa Palacio Carmona
Biblioteca Casa Palacio Carmona
Patio Casa Palacio Carmona
Restaurante Lolita Fusión
Comedor Lolita Fusión
Bar Lolita Fusión
Casa Curro Montoya
Restaurante Casa Curro Montoya
Casa Puerta Córdoba (de Curro Montoya)
A menudo viajamos buscando fuera lo que tenemos en casa. Gracias de todo corazón a quienes habéis abierto las puertas de vuestras casas a esta tertulia de "Comer, beber y hablar", y nos habéis atendido como si fuéramos de la familia.
Parador de Carmona, Molino de la Romera, Hotel Alcázar de la Reina, Casa Palacio Carmona, Casa Curro Montoya , Casa Puerta de Córdoba y Lolita Fusión
José Antonio Rodríguez, uno de los propietarios de "Puerto de Indias", tuvo la deferencia de, a pesar de lo apretado de su agenda, dedicarnos una tertulia, fue un verdadero placer escucharle.
Luís Gavira, dueño junto a su hermana Rosa, del Restaurante el Molino de la Romera.
A él le debo el comienzo de las tertulias.
Me facilitó todo cuanto le pedí para echar a andar este proyecto, y en su espectacular espacio gastronómico han tenido lugar la mayor parte de nuestras tertulias
Pablo y Moi, ambos han sido unos anfitriones excepcionalmente amables, cediendo su precioso restaurante, Lolita Fusión a más de una tertulia.
Francisco Javier Moreno, director del Parador de Carmona, tuvo el gesto de acoger la tertulia de Evelyne Ramelet, la periodista y gastrónoma de Canal Cocina
Manuel Sánchez de Lamadrid, director del Hotel Alcázar de la Reina , y un profesional único que se ha metido a Carmona en el bolsillo por su buen quehacer. Manuel puso a nuestra disposición los maravillosos espacios del hotel que dirige para nuestras reuniones.
Bernardi y Germán , regentes de Casa Curro Montoya y de Casa Puerta de Córdoba que han sido unos maravillosos anfitriones de nuestra reunión taurina, decorando primorósamente sus estancias para la ocasión.
Ramón Rodríguez de "El Grifo Información" ha sido un colaborador tan fiel como desprendido, ofreciéndonos unos espléndidos reportajes fotográficos que se han convertido en la memoria gráfica de estas tertulias.
Carlos Guisado y Antonio Manuel Bautista, responsables de Televisión Carmona,yamigo personal y profesional que cada vez que hemos demandado que la televisión nos grabe, ha puesto todos sus medios a nuestro alcance.
Rosario Corrales, de Onda Carmona, nos ha difundido cada uno de los encuentros, y además siempre con una simpatía a prueba de bomba, un honor tenerte cerca.
Hay una canción, "La balada del hombre invisible", que dice que "entre invisibles nos podemos ver", y eso significa que esta sociedad injusta, insensible y convenida, nos hace sentir así, como si no existiésemos, como si fuésemos transparentes.
Por eso, ahora que el alcohol nos inflama, además del hígado, el corazón de buenos deseos, ahora que nos refugiamos en los restaurantes para desearnos salud con la ginebra en una mano, y el cigarro en la otra, ahora que al finalizar las comidas de empresas, los profesionales de la hostelería apilan junto a las sillas vacías, nuestras estúpidas recetas para arreglar el mundo, ahora es el momento, de aprender que lo mismo que hacemos en navidades, podemos hacerlo el resto del año, es decir, como dice un post que rula por las redes: bailar sin vergüenza, juntarnos con gente buena para reír, y sobre todo,VIVIR SIN MIEDO, porque lo único importante es que entre nosotros, la gente de bien, nos sigamos viendo, nos reconozcamos. Puede que sea un privilegio seguir siendo invisibles para según quién.
El nuevo METRÓPOLIS abre sus puertas a la navidad con muchas novedades, entre ellas, Saúl, su actual gerente, ha traído una exposición de fotos de Fernando Baeza y textos de Manolo Martínez , que se recogen bajo el título de "UNA FOTO Y 69 PALABRAS".
Pásate cualquier día de esta Navidad para tomarte un café o copa, mientras disfrutas de esta exposición y de uno de los mejores ambientes que hay hoy en Carmona.
En la
navidad de 1962 se perdió Chencho entre los puestos de figuritas debelenes
que sembraban la Plaza Mayor de Madrid, y con él nos perdimos un poco todos. Desde entonces, hace ya 57
años, Pepe Isbert recorre con su maravillosa voz ronca los rincones de nuestros
recuerdos:
- ¡Cheeeeencho, Cheeeencho...!,
señora ¿ha visto usted un niño solo, así
como perdido?
Los
tiempos han cambiado tanto que si hoy se extraviara Chencho los whatsapps
galoparían de móvil en móvil hasta dar con él y nos dejaría sin uno de los
momentos más tiernos de la cinematografía franquista que premiaba a las
familias numerosas. Pero también es cierto que si hoy, con un despido libre
soplándonos el cogote, despidieran a Alberto Closas sin un euro a cambio, y
Pepe Isbert siguiera sin revalorizar su pensión desde hace 10 años, no tendría
nada de raro que el cuento cambiara, y el abuelo recorriera la Plaza Mayor intentando
“colocar” a Chencho.
- Señora, ¿quiere usted un niño? No come mucho,
y es tan bueno…se lo llevo a su casa si usted quiere…
Con
aquella infame reforma laboral que nadie se atreve a tocar, se nos quedó a
todos la cara de Pepe Isbert mientras mojaba la galleta en el vaso de leche
calentita, mientras suspiraba a la espera de que ocurriera un milagro, pero el
único milagro que hasta hoy hemos visto es que Raphael sigue, mil años después,
cantando “El pequeño tamborilero”. Dan ganas de tocarlo y comprobar que es él y
no el fantasma del pasado del “Cuento de Navidad”. Sí que han cambiado las
cosas. El día de Nochebuena lo pasamos de bar en bar, y para cuando llega la
cena familiar, nadie tiene cojones de trinchar el pavo por la cogorza que a
esas horas ya llevamos. Las luces led han sustituido a aquellas horteras tiras
brillantes verdes, rojas, plata y oro, y los abuelos ya no presiden las mesas
de Navidad, son canguros por decreto ley, que se quedan con los Chenchos de
turno mientras los padres seguimos la juerga desde la una de la tarde hasta las
tres de la mañana del día de Navidad.
Hemos
perdido, como en tantas cosas, los papeles, menos mal que aún nos quedan los
anuncios de El Corte Inglés, la lotería, las reposiciones de las películas de
Azcona, la campanilla sonando en la última escena de ¡Que bello es vivir!, y la
paga de navidad (el que la tenga).
A ver…¿que
más nos queda?
Estaría
bien que tú, LECTOR, escribieses aquí algo de lo que aún no hemos perdido.