CARPE DIEM



Dentro de veinte años, lamentarás más las cosas que no hiciste, que las que sí hiciste. Así que, suelta amarras y abandona el puerto seguro. Atrapa los vientos en tus velas. Explora. Sueña. Descubre.


martes, diciembre 31, 2019

Memoria de una tertulia (Los espacios)


Vista aérea del Parador de Carmona


Parador de Carmona


Salón Parador de Carmona


Salón Parador de Carmona


Terraza del Restaurante Molino de la Romera


Salón Molino de la Romera


Comedor Molino de la Romera



Vista de La Vega desde El Molino de la Romera


Salón donde celebramos las tertulias en el Molino de la Romera


Hotel Alcázar de la Reina


Piscina y patio Hotel Alcázar de la Reina


Comedor y espacio tertulia Casa Palacio Carmona


 Biblioteca Casa Palacio Carmona


Patio Casa Palacio Carmona


Restaurante Lolita Fusión


Comedor Lolita Fusión


Bar Lolita Fusión


Casa  Curro Montoya


Restaurante Casa Curro Montoya


Casa Puerta Córdoba (de Curro Montoya)


 A menudo viajamos buscando fuera lo que tenemos en casa. Gracias de todo corazón a quienes habéis abierto las puertas de vuestras casas a esta tertulia de "Comer, beber y hablar", y nos habéis atendido como si fuéramos de la familia.

Parador de Carmona, Molino de la Romera, Hotel Alcázar de la Reina, Casa Palacio Carmona, Casa Curro Montoya , Casa Puerta de Córdoba y Lolita Fusión

 Manolo Martínez

lunes, diciembre 30, 2019

Memorias de una tertulia (Colaboradores)


José Antonio Rodríguez, uno de los propietarios de "Puerto de Indias", tuvo la deferencia de, a pesar de lo apretado de su agenda, dedicarnos una tertulia, fue un verdadero placer escucharle.


 Luís Gavira, dueño junto a su hermana Rosa, del Restaurante el Molino de la Romera.
A él le debo el comienzo de las tertulias. 
Me facilitó todo cuanto le pedí para echar a andar este proyecto, y en su espectacular espacio gastronómico han tenido lugar la mayor parte de nuestras tertulias


Pablo y Moi, ambos han sido unos anfitriones excepcionalmente amables, cediendo su precioso restaurante, Lolita Fusión a más de una tertulia.



Francisco Javier Moreno, director del Parador de Carmona, tuvo el gesto de acoger la tertulia de Evelyne Ramelet, la periodista y gastrónoma de Canal Cocina


Manuel Sánchez de Lamadrid, director del Hotel Alcázar de la Reina , y un profesional único que se ha metido a Carmona en el bolsillo por su buen quehacer. Manuel  puso a nuestra disposición los maravillosos espacios del hotel que dirige para nuestras reuniones.


Bernardi y Germán , regentes de Casa Curro Montoya y de Casa Puerta de Córdoba que han sido unos maravillosos anfitriones de nuestra reunión taurina, decorando primorósamente sus estancias para la ocasión.


Ramón Rodríguez de "El Grifo Información" ha sido un colaborador tan fiel como desprendido, ofreciéndonos unos espléndidos reportajes fotográficos que se han convertido en la memoria gráfica de estas tertulias.


 Carlos Guisado y Antonio Manuel Bautista, responsables de Televisión Carmona,yamigo personal y profesional que cada vez que hemos demandado que la televisión nos grabe, ha puesto todos sus medios a nuestro alcance.



Rosario Corrales, de Onda Carmona, nos ha difundido cada uno de los encuentros, y además siempre con una simpatía a prueba de bomba, un honor tenerte cerca.

Manolo Martínez 
(Comer, beber y hablar)

miércoles, diciembre 25, 2019

SOLUCIONES AL CAMBIO CLIMATICO


Bajo la luz macilenta que arropa las confidencias aquel anciano sentado en su silla de enea me desveló un misterio que hacía años le habían confiado sus antepasados. Me desgranó, mientras le daba vueltas a sus recuerdos con la misma cucharilla con la que removía el azúcar de su café, la historia sobre la ubicación azarosa de Carmona. Me contó como la cigüeña que transportaba a Karmo a su verdadero destino, un enigma aún hoy por resolver, se sintió agotada por el enorme peso al que murallas, iglesias y casas señoriales con escudos rocosos y yermos, sometían a su pico. La blanquinegra ave y sus dañadas cervicales, decidieron aliviarse al otear una alfombra verde, la Vega. Sin dudarlo, el pico rojo de la cigüeña atravesó un atardecer morado que lucía desdoblado, como una sábana, sobre un rayo amarillo de sol que hacía las veces de tendedero. La zanquilarga dejó al pétreo bebé, sobre una breve elevación que presidía aquel paisaje. Luego, exhausta , y con el murmullo del río Corbones como nana , se durmió. Aún hoy sigue durmiendo en algún campanario de alguna iglesia. Es por esto, me confió el viejo, mientras daba el último sorbo a su café y a su memoria - ambos ya templados - , que sin que nadie nos haya hecho ninguna advertencia, hablamos bajito nada más cruzar el umbral de nuestras iglesias. Y siseamos a los niños, no vaya a ser que en un mal despertar de la cigüeña, ensarte de nuevo a Carmona, introduciendo su largo pico por el arco de la Puerta de Sevilla, y nos lleven en volandas sin rumbo conocido 
Aunque bien pensado, y si nos llegamos a ver ahí arriba, podríamos buscar el lado bueno del traslado, porque ahora que nos acojonan con esto del cambio climático y las calores con que nos amenazan, no sería mala opción persuadir a la plumífera, para que nos trasplantase a tierras más frescas. Allá por Cantabria, cuentan los viajeros, que existe otro asentamiento que se llama como el nuestro, Carmona, y está pegadito a Santillana del Mar. Pues allí mismo cigüeña mía , así no tendremos que cambiar las letras domiciliadas.

Manolo Martínez

domingo, diciembre 22, 2019

ENTRE INVISIBLES NOS PODEMOS VER


Hay una canción, "La balada del hombre invisible", que dice que "entre invisibles nos podemos ver", y eso significa que esta sociedad injusta, insensible y convenida, nos hace sentir así, como si no existiésemos, como si fuésemos transparentes. 

Por eso, ahora que el alcohol nos inflama, además del hígado, el corazón de buenos deseos, ahora que nos refugiamos en los restaurantes para desearnos salud con la ginebra en una mano, y el cigarro en la otra, ahora que al finalizar las comidas de empresas, los profesionales de la hostelería apilan junto a las sillas vacías,  nuestras estúpidas recetas para arreglar el mundo, ahora es el momento, de aprender que lo mismo que hacemos en navidades, podemos hacerlo el resto del año, es decir, como dice un post que rula por las redes: bailar sin vergüenza, juntarnos con gente buena para reír, y sobre todo,VIVIR SIN MIEDO, porque lo único importante es que entre nosotros, la gente de bien, nos sigamos viendo, nos reconozcamos. Puede que sea un privilegio seguir siendo invisibles para según quién. 

Manolo Martínez 

domingo, diciembre 08, 2019

METRÓPOLIS y "UNA FOTO Y 69 PALABRAS"

                     


El nuevo METRÓPOLIS abre sus puertas a la navidad con muchas novedades, entre ellas, Saúl, su actual gerente, ha traído una exposición de fotos de Fernando Baeza y textos de Manolo Martínez , que se recogen bajo el título de "UNA FOTO Y 69 PALABRAS". 

Pásate cualquier día de esta Navidad para tomarte un café o copa, mientras disfrutas de esta exposición y de uno de los mejores ambientes que hay hoy en Carmona. 


¿QUIERE USTED QUEDARSE CON CHENCHO?



En la navidad de 1962 se perdió Chencho entre los puestos de figuritas de belenes que sembraban la Plaza Mayor de Madrid, y con él nos perdimos  un poco todos. Desde entonces, hace ya 57 años, Pepe Isbert recorre con su maravillosa voz ronca los rincones de nuestros recuerdos:

-  ¡Cheeeeencho, Cheeeencho...!, señora ¿ha visto usted un niño solo, así como perdido?

Los tiempos han cambiado tanto que si hoy se extraviara Chencho los whatsapps galoparían de móvil en móvil hasta dar con él y nos dejaría sin uno de los momentos más tiernos de la cinematografía franquista que premiaba a las familias numerosas. Pero también es cierto que si hoy, con un despido libre soplándonos el cogote, despidieran a Alberto Closas sin un euro a cambio, y Pepe Isbert siguiera sin revalorizar su pensión desde hace 10 años, no tendría nada de raro que el cuento cambiara, y el abuelo recorriera la Plaza Mayor intentando “colocar” a Chencho.

-  Señora, ¿quiere usted un niño? No come mucho, y es tan bueno…se lo llevo a su casa si usted quiere…

Con aquella infame reforma laboral que nadie se atreve a tocar, se nos quedó a todos la cara de Pepe Isbert mientras mojaba la galleta en el vaso de leche calentita, mientras suspiraba a la espera de que ocurriera un milagro, pero el único milagro que hasta hoy hemos visto es que Raphael sigue, mil años después, cantando “El pequeño tamborilero”. Dan ganas de tocarlo y comprobar que es él y no el fantasma del pasado del “Cuento de Navidad”. Sí que han cambiado las cosas. El día de Nochebuena lo pasamos de bar en bar, y para cuando llega la cena familiar, nadie tiene cojones de trinchar el pavo por la cogorza que a esas horas ya llevamos. Las luces led han sustituido a aquellas horteras tiras brillantes verdes, rojas, plata y oro, y los abuelos ya no presiden las mesas de Navidad, son canguros por decreto ley, que se quedan con los Chenchos de turno mientras los padres seguimos la juerga desde la una de la tarde hasta las tres de la mañana del día de Navidad.

Hemos perdido, como en tantas cosas, los papeles, menos mal que aún nos quedan los anuncios de El Corte Inglés, la lotería, las reposiciones de las películas de Azcona, la campanilla sonando en la última escena de ¡Que bello es vivir!, y la paga de navidad (el que la tenga).
 A ver…¿que más nos queda?

Estaría bien que tú, LECTOR, escribieses aquí algo de lo que aún no hemos perdido.

Felices Fiestas a todos 
Manolo Martínez

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