CARPE DIEM



Dentro de veinte años, lamentarás más las cosas que no hiciste, que las que sí hiciste. Así que, suelta amarras y abandona el puerto seguro. Atrapa los vientos en tus velas. Explora. Sueña. Descubre.


viernes, diciembre 31, 2021

LA TIENDA de PACO VAGO

Hay personas, y oficios, que forman parte del paisaje de un pueblo a la altura de cualquiera de sus monumentos. Es lo que ocurre con Paco Vago y su tienda. 

Todos los que peinamos canas, incluso lo que ya peinan al viento, como Chillida, nos vemos con la nariz pegada al escaparate de Paco Vago eligiendo el "Cinexin" o el "Fuerte de Comansi", cuando nos asomamos a nuestra infancia. 

Mientras nos decidíamos, nuestros padres, abuelos, y ahora nosotros, viajábamos a la acera de enfrente, dónde, bajo un castillo de verdad, estaba, y está, una maravillosa tienda de las de antes, casi un tabanco.

Este extraordinario comercio no precisa escaleras mecánicas para cambiar de planta y elegir las distintas mercancías, porque es tu mirada la que te desplaza de una estantería a la otra hasta localizar el género deseado.

No preguntes si tienen, simplemente pídelo. Pero, amén de la infinita variedad de artículos, hay una particularidad que hace único a esta institución, y es el exquisito trato de Paco y de toda la familia Vago. Es como el IVA, con la adquisición del producto va adherida su sonrisa y amabilidad. Es genético porque toda la familia goza de ese patrimonio que es, como se decía antes, "tener mostrador".


Manolo Martínez

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sábado, diciembre 25, 2021

TODAS las TERTULIAS de "COMER, BEBER Y HABLAR" en 2021

 


Aquí podrás ver todas las tertulias que “Comer, Beber y Hablar” ha organizado en 2021. 

 

En  ENERO  hablamos de La Pandemia desde distintos sectores con. Silvia Álvarez, Rafael Bermudo, Manuel Jiménez Márquez y Luís Gavira

Aquí tienes el ENLACE para ver la tertulia en TV CARMONA

https://play.televisioncarmona.com/v/ZVq24aCGny4TWnEdoG/TERTULIA-COMER-BEBER-Y-HABLAR--ESPECIAL-COVID-1/



 En  FEBRERO hicimos una tertulia sobre nuestros políticos: Isabel Ballesteros, Juan Ávila y  Agustín Guisado pero SIN HABLAR DE POLÍTICA. Impagable esta tertulia. 

Aquí tienes el ENLACE  para ver las fotos de nuestros políticos sin ser políticos

http://laportademanolomartinez.blogspot.com/2021/02/la-otra-cara-de-la-moneda.html


En MARZO hablamos sobre La Atención Primaria con el Director del Centro de Salud de Carmona, Ignacio Chaves y dos compañeros representativos del cuerpo sanitario. 

Aquí tienes el ENLACE para ver la Tertulia en TV CARMONA

https://play.televisioncarmona.com/v/0cLxpnBJ34varq9c1z/TERTULIA-COMER-BEBER-Y-HABLAR--ESPECIAL-SANIDAD-/


En JUNIO organizamos el Primer ronqueo de atun en Carmona gracias  a Felipe Ferrusola, Pablo García de Lolita Fusión y Antonio Fernández 

Aquí tienes el ENLACE para ver las fotos del Primer Ronqueo en Carmona

http://laportademanolomartinez.blogspot.com/2021/06/el-primer-ronqueo-en-carmona.html


En  JULIO tuvimos a Jose María Cabeza Méndez hablándonos de la candidatura de Carmona a Patrimonio de la Humanidad. 

Aquí tienes el enlace para ver todas las fotos de la tertulia

http://laportademanolomartinez.blogspot.com/2021/07/tertulia-comer-beber-y-hablar-jose.html


En SEPTIEMBRE tuvimos la tertulia más divertida y saludable con Antonio Serrano, el Canijo de Carmona 

Aquí tienes el ENLACE para ver las fotos del Canijo de Carmona en nuestra tertulia

http://laportademanolomartinez.blogspot.com/2021/09/antonio-pedro-serrano-el-canijo-de.html

Aquí tienes el ENLACE para ver la tertulia de Antonio Serrano, en Televisión Carmona

https://play.televisioncarmona.com/v/5jbQdr76tiJ9FtCnr6/TERTULIA-COMER-BEBER-Y-HABLAR--ANTONITO-EL-CANIJO-DE-CARMONA-1/


 


En OCTUBRE organizamos con Rafa Morales de Adarve La 1º ruta taberno-patrimonial 

Aquí tienes el enlace para ver las fotos de la 1ª ruta Taberno-Patrimonial de Carmona

http://laportademanolomartinez.blogspot.com/2021/10/primera-ruta-taberno-patrimonial-adarve.html


 

En DICIEMBRE, despedimos el 2021 con una tertulia navideña desde casa, dónde, entre chocolate, bizcocho y tarta de queso, hablamos con nuestros curas párrocos de San Antón y San Pedro, Sergio y Antonio, sobre su infancia, sus amigos, sus preferencias en el cine y en las lecturas..., hablamos de todo, de lo divino y de lo humano. Fue una tertulia entre amigos, una bendita tarde, nunca mejor dicho.

 Aquí tienes el ENLACE  para verla por TV. CARMONA

Primera Parte

https://play.televisioncarmona.com/v/rBHrFCJLAU6OigjNkW/TERTULIA-COMER-BEBER-Y-HABLAR--PARROCOS-DE-CARMONA-1/

Segunda Parte

https://play.televisioncarmona.com/v/JBJMVv3rmwXseZMUPX/TERTULIA-COMER-BEBER-Y-HABLAR--PARROCOS-DE-CARMONA-2/

 Mis sinceras gracias a cuántos habéis regalado parte de vuestro tiempo a esta tertulia

 Manolo Martínez

Ha sido un año difícil por la pandemia, pero elegimos seguir a pesar de.

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martes, diciembre 21, 2021

EL DÍA QUE NO ME TOCÓ LA LOTERÍA

Nunca olvidaré el día que no me tocó la lotería. Era navidad. Salí para el trabajo cerrando despacio la puerta para no despertar a los niños, ni a mi mujer, que aún dormían porque ese era su primer día de vacaciones. 

Antes de ir a la oficina me pasé por la panadería, dónde todo el mundo tenía cara de domingo escuchando, en la radio, a los niños de San Ildefonso cantar las bolas premiadas. 

—¿Qué quieres?, —le preguntó la panadera a la mujer que iba delante mía. 

—Una casa. 

—Y yo un mes de vacaciones, —dijo un hombre, ya mayor, con aspecto de cansado  que también esperaba turno. 

—Pues yo me conformo con que mi hijo salga del hospital antes de que acabe el año, —respondió otra mujer. 

Mientras los niños seguían estirando la última sílaba del número cantado, me quedé cavilando que aquellos tres deseos los tenía yo sin necesidad de que me tocara la lotería. Una casa, unos hijos sanos y un poco de descanso. 

—¿Y pan? ¿Alguien quiere pan?, —soltó la panadera impaciente, mientras cada uno de los presentes ajustaban sus cuentas por si les tocaba la lotería. 

Todos reímos la ocurrencia y empezamos con el pan nuestro de cada día: 

—Dos vienas y un mollete, y apúntamelos, que hasta el viernes no cobro, —dijo la mujer que quería una casa. 

—Un bollo, —pidió el que tenía a su hijo en el hospital. 

El hombre mayor con aspecto de cansado no pidió nada. Estaba con la mirada clavada en su décimo de lotería y la oreja en la radio, no fuera a ser que cantasen su número y no lo escuchase. 

Yo pedí lo de siempre: dos blandos, un francés y una telera pequeña, de García Martín, que para eso es de la familia. 

Con la bolsa del pan dando vueltas en mi mano llegué al trabajo y me senté delante de una pared de papeles. Inspiré y empecé a tararear un villancico del año de catapún. Mi compañero me miró de soslayo, y yo le sonreí, antes de decirle: 

—¿Sabes? Este año tampoco me ha tocado la lotería. 

—Suele ocurrir cuando no se compra, —me disparó sin mirarme.

Manolo Martínez

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sábado, diciembre 11, 2021

DE CAMINO A CASA


Cada día, cuando voy y vengo del trabajo, paso por una casa en la que vive una familia. Dicho así, parece una estupidez, pero les cuento. 

La familia de la que les hablo, se reúne cada tarde en una cochera al acabar la faena, justo cuando la mayoría nos ponemos en fila para ducharnos, ponernos el pijama y meternos la cuchara de fideos sin parpadear, mientras miramos bombardear en el televisor cualquier ciudad. 

Esta familia, por el contrario, busca sitio entre los aperos de la cochera, se sienta y se mira a la cara mientras comparten, junto a la cerveza, el relato de cómo les ha ido la briega del día. 

Luego, dependiendo de la época del año, montan en esa cochera: su carroza, por romería, componen sus disfraces, para el carnaval, u organizan la comida de navidad. Sin duda, son, como diría el hermano de George Bailey en ¡Qué bello es vivir!, los más ricos del mundo. 

Pasar por esa cochera, de vuelta a casa al caer la tarde, es como arreguincharse al alféizar de una ventana cubierta de vaho una noche de invierno, empinarse, y hacer un círculo con la mano para descubrir, tras el cristal, la lumbre de una chimenea dando calor a la gente buena. 

Manolo Martínez

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miércoles, diciembre 08, 2021

TO PALANTE

 

Oiga, ¿para Madrid?

— To palante... 

… y to palante tiramos mi mujer y yo hasta que el AVE nos vomitó en Atocha. El primer altar de obligada visita fue el bar Brillante, al lado del Museo Reina Sofia, dónde por 8 euros te comes el mejor bocadillo de calamares de Madrid. 

Con la barriga empujándome los botones de la camisa, me trasplanté al Jardín Botánico. Allí, mientras paseábamos entre plantas y luces de colores, me empecé a sentir mal. Seguí andando, por si el fresquito me despejaba de la indigestión del cefalópodo, hasta que tropecé con unas gigantescas patas de calamar que salían de un estanque. ¡Dios mío!, ¿con qué habían frito los calamares del Brillante para tener alucinaciones? 


Mientras buscaba en el móvil el número del hospital más cercano, un guantazo seco en la nuca me sobresaltó: 

— ¿Qué? ¿Te has quedao con hambre? ¿Voy por una baguette y metes esas patas que salen del estanque? —se cachondeó mi media naranja. 

Me sonreí de mala gana y, cuando me repuse del susto, salí de aquel jardín adornado para que los niños disfrutaran de la navidad. To palante, al subir una cuesta, la iglesia de Los Jerónimos, dónde juré no probar más calamares hasta llegar al bar paseo de Carmona. 

To palante, y al bajar un repecho, nos dejamos caer en el Museo del PradoNo tuvimos otra cosa que hacer que irnos directos a ver una de las salas de Goya en la primera planta. De allí salimos corazón encogío, tras ver a Neptuno devorando a su hijo, la Batalla de los Mamelucos y los Fusilamientos del 2 de Mayo. 

 — Ojú…, que tarde llevamos, —le regalé a mi mujer— Vamos a ver a Velásquez y Murillo, hija, que al sevillanos tendrán más optimismo. 

Después de dos horas viendo todos los cuadros del mundo, ya vistos en los libros de textos: Las Meninas, El caballero de la mano en el Pecho, La Inmaculada, cuadros de Tiziano, de Rubens, de Boticelli, de Picasso…, yo estaba más harto de pintura que si me hubiese comido entero a Cándido Rubio. 

Cuando me preguntó mi mujer que dónde íbamos tras escapar del Museo, le dije sin dudarlo: — To palante... 

Y así fue como nos vimos: la Fuente de Neptuno, el Congreso de los Diputados, con una manifestación pidiendo mejoras en la Sanidad Pública, el Museo Thyssen, (qué lista fue la Tita Cervera), el Teatro de la Zarzuela, Museo Naval, el Banco de España, Fuente de Cibeles, Gran Via, y la maravillosa esquina inmortalizada por el pintor Antonio López, La Puerta de Alcalá, de la siempre guapa Ana Belén, El Paseo de Recoletos, Museo Arqueológico, Biblioteca Nacional, ¿quien dijo que el saber no ocupa lugar?, Serrano y Goya, los rincones más codiciados en el Monopoly, quedaban justo detrás, Museo de Cera, dónde no existe un sólo muñeco que se parezca al personaje real, Plaza de Colón y La Castellana… 

 

Justo ahí empezó a hablarme mi menisco roto, y a acordarse de todos los que quieren privatizar la Sanidad. 

Comenzamos entonces la retirada. Yo iba como el pequeño Tim, el niño cojito del “Cuento de Navidad”, solo que mi mujer no quiso subirme en su hombro. 

Por la noche, ya repuestos, nos fuimos a buscar a Chencho, el de la Gran familia, por si seguía perdido entre los puestos navideños de la Plaza Mayor


Se puede ver Madrid en dos tardes y una mañana, doy fe, pero intenta dejar los “caramales” para después, nunca antes de patearte la capitá.

Manolo Martínez

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lunes, diciembre 06, 2021

EL ÁRBOL DE NAVIDAD

Hace treinta nochebuenas mi mujer compró este árbol de navidad.

Puede que sea el único superviviente a la escabechina del recambio de los enseres de la casa: cocina, sofá,  lavadora, chismes y cacharros. Ni el negro del pelo se ha quedado en su sitio. 

Pero, el árbol que compró mi mujer, sigue con nosotros. Está igual desde 1991. Si acaso, un desconchón en la rodilla del niño que lleva en su mano la estrella, pero ¿qué menos?, lleva treinta años subiendo la misma escalera. 

Igual tiene artrosis, pero tal y como está la sanidad, ni se me ha ocurrido pedirle cita. Yo llevo un año esperando que me operen de menisco y no voy a llevar al muñeco para que lo revisen antes que a mi. 

Cada navidad, cuando sacamos los chismitos para adornar la casa, lo primero que rescatamos de la caja de cartón es el árbol. Hicimos una tradición de apuntarle, en la base, el año en que nos encontramos. 


Las primeros los anotábamos mi mujer o yo: 1991,1992,1993..., luego, cuando vinieron los hijos, les traspasamos a ellos la costumbre. Desde entonces, un año cada uno, siguen la cuenta: 2005, 2006..., 2020... 

Yo, que no soy torpe, he advertido que me estoy quedando sin sitio para anotar los años. ¿Por qué compraría mi mujer un arbolito tan pequeño? 

Por eso, ahora, cuando mis hijos anotan el año, les cojo la mano y les guío para que hagan virguerías en el trazado de la caligrafía, incluso les riño, para que escriban los números los más pequeñitos posible. 

Tengo que estirar al máximo el espacio que me queda en el árbol. Estoy pensando en contratar la próxima navidad, a uno de esos artistas que escriben el Quijote en un grano de arroz, así podremos apuntar mil años, o más. 

Manolo Martínez

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domingo, diciembre 05, 2021

Mi barrio

 Me gusta esta fotografía torcida. Es como si la antigua iglesia de San Francisco se estuviese hundiendo en el pasado, como si fuera un barco al que el mar se está tragando.

Sin embargo, nunca acaba de sumergirse del todo, porque todos los que crecimos en aquel maravilloso lugar, apuntalamos esos muros con nuestros recuerdos.

Lo hacemos cada vez que nos paramos en su acera, miramos a través de la reja, y recordamos a todos los que pertenecieron al barrio: Magú, Gregorio, Barrios, El Cuétara, los Molinas, tirris y morentes, gorriones, Gagos, la clientela del Bar Aroca y la del antiguo Bar la Cuadra, la tienda de Pepita la de Arcos, Veintiocho el zapatero...

... Valentín Rueda, una vez más, se nos adelantó a todos, y ahora es el que más empuja hacia arriba esta barcofotografía para salvarla del naufragio del olvido.

Imposible que se caiga el pasado, imposible. 

Manolo Martínez

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domingo, noviembre 28, 2021

LA ESPALDA DE CARMONA


 A Carmona le pasa como a las mujeres guapas, la mires por dónde la mires, está de buen ver. Todos nos prendamos de los ojos de Carmona, la Puerta de Sevilla. 

Son los que nos miran cuando atravesamos sus murallas, camino de su redondo ombligo, la Plaza de San Fernando, hasta llegar a su corazón, Santa María. 

Sus calles, como brazos, nos abrazan mientras las paseamos hasta llegar a su espalda, el campo, que se derrama desde la terraza del hotel Alcázar de la Reina hasta las Cuevas de la Batida. 

Decía la gente de la quinta de mi padre, que la espalda más bonita del mundo era la de Kim Novak, la bruja que les enamoró y la que les provocó en Vértigo, pues algo así es lo que nos suscita la espalda de cielo y campo de Carmona. 

Manolo Martínez

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Cuidaíto con el Licor d´amour


El día de Nochebuena comíamos en familia, como estaba mandado, luego, los que pasábamos de los quince años, teníamos permiso para salir a dar una vuelta con los amigos. La primera parada siempre era en casa de Manolo. 

Allí nos recibía su madre con la botella lila de Licor d`amour en la mano. No estaba malo, ni tampoco bueno. Aquella botella era como los biberones mágicos de las muñecas, por mucho que bebiéramos de ella, al año siguiente la botella seguía igual, medio vacía medio llena. 

La madre de Manolo, como todas las madres, nos despedía con un "tené cuidaíto" en cuya entonación irónica incluía todos los cuidaítos que había que tener en aquellas edades: cuidaíto con la bebida, cuidaíto con el tabaco, muuuucho cuidaíto con las niñas. En este último cabían innumerables vigilancias que no sería elegante enumerar aquí. 

Con el Licor d´amour en la barriga y los cuidaítos dando vueltas en la cabeza, aparcábamos nuestros cuerpos en la barra improvisada de un solar techado que nos había prestado el padre de uno para el guateque navideño. 

Allí edificamos, con tabiques de plástico negro, la casa de navidad. Un plástico separaba la barra de la pista de baile, y otro componía una salita de estar con un sofá y mucha oscuridad, salita en la que nos escondíamos para darnos besos y arrumacos. 

Cuando "volvías" a la fiesta, desde el sofá, llevabas la felicidad reflejada en la cara. Entretanto ellas recomponían sus despelusadas caballeras y tú te "atacabas", remetiéndote la camisa por dentro del pantalón, mientras pensabas: ¡Vaya con el Licor d´amour de Carmela!

Aquello sí que eran navidades. 

Manolo Martínez

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domingo, noviembre 14, 2021

CUANDO NO SE PODÍA COMER CARNE


  Mi amigo Jesús me ha enviado esta lista de precios de los tiempos en que la carne, o era un privilegio que solo podían permitirse unos pocos, o era pecado, atendiendo a la cuna: vega o lupanar.

En cualquier caso, lo que mandaba era el jornal, que por aquellos años, para cualquier bracero de Carmona, rondaba las cinco pesetas, o diez, cuando el trabajo era a destajo.

Tiene su gracia, Jesús, el tema de "las carnes", digo. Antes, cuando el pueblo podía comerla, no podía pagarla, y ahora que podemos, el pueblo digo, nos llenamos la panza de verdura, y todo para conservar la misma talla de pantalones. Que vergüenza, Jesús.

 El 16 de abril de 1935, dos días antes de que mi padre naciera, mientras Carmona comía tocino a 2,85 y pella a 3 (pesetas), Frankenstein nos presentaba a su novia por los cines de medio mundo, y  Cole Porter nos ponía la lágrima en el ojo cantando "Begin the Beguine".

Trece meses después, trece, se declaró la guerra y, beguin the beguine, todo se fue a la mierda, todo, menos la lengua de las mariposas.

Manolo Martínez

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ABUELOS


Los abuelos son niñeros de cinco estrellas, pero sin convenio, ni horarios ni sueldos, pero nada reivindican, se sienten pagados con la sonrisa de ese huracán de medio metro que es el nieto.

Sin embargo, los enanos sí exigen su nómina diaria de caramelos, que los abuelos menguan con retenciones por travesuras acumuladas.

Los nietos tienen miel en la mirada, canela en la palabra y limón en la intención, son estrategas de primera división. Y por si fuera poco su poder, manejan con maestría un arma infalible, sus lágrimas.

Estos Villarejos en miniatura despliegan todas sus artimañas: "Me callo si me llevas al kiosko".

Y allí, delante del kioskero, cierran sus tratos: un beso, tres paquetes de estampitas; un abrazo, un chupa-chups gigante.

Vale, vale, ceden los abuelos, pero no se lo digas a la abuela.

Al caer la noche, los críos emprenden un largo camino de bostezos hasta la cama, y pegados a éstas, padres y abuelos, pensamos en aquello que escribió Antonio Gala: "…cuando el mismo Dios se sorprende de haber urdido algo tan hermoso como el amor".

Mientras nos retiramos de puntillas para no despertarles, duendes, gnomos y hadas, esperan que salgamos para entrar ellos y fraguar sus sueños.

Desde la puerta entreabierta les decimos muy bajito:

—Que sueñes con los angelitos.

—Mejor con Messi, porfa...

Nos dicen los muy sinvergüenzas, levantando su cabeza cuarenta y cinco grados.

Manolo Martínez

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domingo, noviembre 07, 2021

¡DIOS MIO... UN LUNES!

Tras ese espejismo de 48 horas llamado fin de semana, nos endonan un lunes, y por más que empujamos las horas, nos pasa como a Sísifo con su roca, la rutina se nos viene encima una y otra vez.

Pasamos de la paella dominical a las acelgas. Los lunes son la última croqueta del plato, nadie la quiere. Un comienzo de semana con buen humor es un binomio imposible. Son agua y aceite. Julio Iglesias y Juanito Valderrama. Como que no. Hasta el ordenador tiene mala cara.

Un domingo es un allegro, una bulería, guitarra y palmas. El lunes es un adagio, seguiriya, oboe y arpa.

El domingo tiene la cara de Julia Robert y el lunes de Rossy de Palma. El domingo es un osito panda, el lunes un camaleón que nos dispara su lengua pegajosa a la aorta del ánimo.

Una ofensa inesperada: te deseo un lunes.

En fin, menos mal que, como todo, tiene su principio y su fin, y a la vuelta a casa, mientras nos metemos dentro del pijama, pensamos que con un poco de tele quizás mejoremos el final del día. Pero justo ahí nos dan el último mazazo.  Al conectar la caja tonta, ¡sorpresa!, Belén Esteban. Apaga y vámonos. Nos tiramos de cabeza a la cama y nos zambullimos en el martes... uffff... que trabajito llegar hasta aquí.

Manolo Martínez

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lunes, noviembre 01, 2021

UN BUCHITO, QUE NOS VAMOS


Son las cinco de la mañana y le cuesta tanto trabajo levantar la puerta corrediza, que parece que estuviese cogiendo a pulso los treinta y ocho años que llevo al frente de su tasca.

Valiente negociomurmura el tabernero mientras enciende las luces del local  No tengo sábado ni domingo, ni invierno ni verano. Míralo, ya está aquí el primero de la mañana. Ya voy, ya voy... espera que ponga la cafetera… ¿qué, lo de siempre? Llevo veinte años sirviéndole cuatro copas de cognac cada mañana. Dice que las necesita para subirse al andamio, debe ser verdad, si no ¿por qué se las iba a tomar sabiendo lo mal que le sientan?           

Dicen que al perro flaco todo se le vuelven pulgas. Los psicólogos llaman a las pulgas frustraciones, pero son pulgas porque chupan la sangre y pican en los cojones.             

La mañana se vacia, como la taberna, y durante cinco o seis horas los pensamientos trotan a su antojo, dando coces y relinchando, hasta que aparecen más fantasmas, pero ahora de carne y hueso.

Ponme un buchito, y apúntamelo, le pide el Calabozas.    
El Calabozas tiene los ojos del mismo amarillo que las hojas muertas, y está tan vacío que le basta el instante del sorbo para seguir tirando del carro. El vino se ha convertido en el hilo que le cose un día con otro día.     

El Calabozas recoge el vaso de vino y se encamina arrastrando las alpargatas hasta el patio. Se sienta despacio, agarrándose a la silla de hierro, y se desabrocha la camisa. De un buche se toma la mitad del porte. Luego, se saca un pañuelo arrugado y sucio, y se lo pasa por la frente y por el pecho. El calor aprieta. De otro golpe se toma el resto de la mercancía. El Calabozas  es un filósofo, y siempre repite cuando se meten con él:

Buscamos la felicidad, pero sin saber dónde, como los borrachos buscamos nuestra casa, sabiendo que tenemos una. No recuerdo quién lo dijo, pero lo dijo.

 Llegada la noche, el tabernero le echa el cerrojo al Calabozas diciéndole:

  Señores, un buchito...que nos vamos.

…entonces el Calabozas, le echa el brazo por encima al tabernero y le susurra al oído:

              —La última Juan…, la última. Y tómate una, tú también la necesitas.

 Manolo  Martínez

sábado, octubre 30, 2021

LA VIDA ES UN NÚMERO

Desde que nacemos hasta que nos vamos, Dios sabe donde, toda nuestra existencia: amores y desamores, atardeceres y amaneceres, quedan jibarizadas en cuatro números. 

Nació el 21.04.65. Se casó el 6.12.81. Gana tanto y debe tanto. Todos hemos pasado de ser un 99% de agua a un 100% de números. 

Nos añadimos años en nuestra infancia con la misma avidez con que nos los quitamos en la vejez. Total, los que nos quitamos por los que nos pusimos. Al final siempre nos quedamos con los que tenemos. 

Toda nuestra vida bajo La Dictadura de los números: peso 6 kilos más, necesito 2 millones para la hipoteca, faltan 20 días para las vacaciones, tengo 5 minutos para recoger a los niños del colegio… 

 El 8, el 15, el 20, el 21, el 40 y el 41, ¡ni el complementario! Vivimos en una continua cuenta atrás: 5-4-3-2… 

 ¿Y  si nos relajamos? ¿Y si respiramos y damos un paseo cogidos de la mano?                         

Dios mio..., pero si son las 5 y entraba a trabajar  a las 4. Al paro. 

10 meses de desempleo. 1000 horas de cursillos. 10.000 curriculum enviados. 1 millón de entrevistas y colas… y cuando al final, logramos sacar la cabeza por encima de la camisa: 2 palmos de tierra encima. El corazón . Fue del estrés, dijo el forense. 

Y lo peor, ahí abajo no tenemos ni cajeros automáticos donde utilizar nuestras VISAS. ¡Con lo que nos gusta teclear los 4 números de la contraseña:****!            

¡Eres la alegría de la huerta, hijo¡ (me dejó caer mi mujer al leer el presente artículo) 

¿Alegría? Pero si es lunes y me quedan 5 días hasta el sábado. (Le  contesté buscando un poco de comprensión). 

  Se nos diluye la vida en un baile de números como una gota de tinta en un vaso de agua. A vivir, señores, que son  2  días.

Manolo Martínez

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CUIDADO CON LAS ESCALERAS


Tenía las piernas tan largas como la risa de un niño. Todas las tardes, a la hora de la merienda, se contoneaba delante del balcón de Alfredito, dejando que su minifalda ardiera en la frente de éste. 

Alfredito la aguardaba sentado, junto a la mesa camilla, escondido tras la organza del visillo. Luego, el ritual de siempre, cuando éste pegaba su cabeza al cristal, aparecía su madre, quién con un guantazo seco hacía que la frente de Alfredito se estampara contra el vidrio, mientras le inquiría:

¿Qué miras?

Nada, mamá, nada.

Quince años hicieron falta para que aquella visión de infinitas piernas subiera la escalera de la casa de Alfredito, se quitara la minúscula minifalda y…, se pusiera la bata de guatiné, tres docenas de rulos encima de la cabeza.

Cada tarde, a la hora de la merienda, Alfredo se asoma a la ventana buscando alguna minifalda, pero la de la bata de guatiné se pone detrás de él para atizarle en la nuca como hacía su madre, aplastándole el cigarro contra el cristal del balcón, mientras le increpa: 

—¿Qué miras?

La vida, mi amor, la vida… 

 ¿Qué extraño conjuro había ocurrido en la escalera de su casa para que, sólo con subirlas, su deseo se hubiese convertido en su pesadilla? 

                                                                   Manolo Martínez

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domingo, octubre 24, 2021

El ayuno


El dulce placer de no hacer nada, en italiano suena aún mejor, “il dolce far niente”, tiene el encanto de los pecados, pero se ha vuelto tan complicado como que lo primero que hagamos al levantarnos sea desperezarnos, no conectarnos (a facebook, twitter o instagram).  

Abstenernos de entrar en las redes sociales durante un tiempo no debiera ser una pose, sino la presentación de nuestra candidatura a ser un poco más libres. Hay que empezar a cogerle los dobladillos a esa sobreinformación que nos pisamos a diario, y con la que sólo pretenden desinformarnos.  


 Ir despacio por los días y pararte a observar es aprender a besar la rutina. Yo me enamoré de lo pausado practicando Taichi cuando se me descosió la vida por primera vez. 


Desde entonces escucho más que hablo, e intento buscar la orilla de las cosas para sentarme en ella a verlas pasar. 

Un acertado comentario de un amigo de facebook sobre mi absurda necesidad de prevalecer en las redes sociales me hizo plantearme un ayuno voluntario de redes. Aunque antes tengo que enterarme si para esa hipotética desconexión hay algo parecido a la metadona que contrarreste la abstinencia.  Ya les contaré cuando vuelva del país de nunca jamás, si es que me voy, y si es que vuelvo si me voy. 

Manolo Martínez

MI ABUELA Y EL JARRILLO DE LATA

 

De niño tenía la costumbre de, al sentarme a comer, acercarme un jarrillo de lata lleno de agua que siempre presidía la mesa en mi casa. 

Mi intención era impedir que nadie más bebiera de aquel cacharrillo. Yo fuí un niño delicado, y no era de mi agrado compartir con alguien cubiertos o vasos. Y si además, si ese alguien albergaba la suficiente cantidad de años como para que la lozanía y tersura hubiesen dejado de ser compañeras de su boca, menos aún. 

Abreviando, que no quería que mi abuela bebiera antes que yo en aquel jarrillo con agua. Me reconcomía aquella desatención debida a mis pamplinas, pero no podía evitarlo. 

Tal era mi cuidado para que nuestras bocas no tuvieran el común encuentro de la delgada hojalata, que además de la custodia a que sometía al jarrillo, me inventé una estrafalaria forma de beber. Bebía al revés, es decir, sujetaba el recipiente por su panza con ambas manos y, con el asa dándome en la barbilla, empinaba la lata con  sumo cuidado. Bebía por el mínimo espacio que quedaba libre, entre la parte superior del asa y el borde del cacharro. 

Un fatídico día mi abuela alcanzó el jarrillo de agua antes que yo. Entremetió su mano aprovechando mi indefensión, y se dispuso a beber. Yo, por distraerme de la contrariedad,  me levanté a subir el volumen del televisor (en aquellos tiempos no había mando a distancia). 

Cuando volví, ya estaba  la lata  de agua junto a mi plato. Entonces se apoderó de mí una irreprimible sed, tanta, que no pude sobrellevarla y sucumbí. Bebí con el asa tropezando en mi barbilla. Justo en ese preciso instante, mientras yo acomodaba mi boca al asidero, me endosó mi abuela: 

-Uy, Manolito, que gracioso, bebes por el mismo sitio que yo.

Desde entonces, en lo alto de mi mesa no falta un búcaro, y a mis hijos, antes de enseñarles a hablar, les instruyo en el arte de beber al chorro.

Manolo Martínez

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martes, octubre 19, 2021

PRIMERA RUTA TABERNO - PATRIMONIAL (Adarve y "Comer, Beber y Hablar")

 

ADARVE PATRIMONIO CULTURAL y la Tertulia "COMER, BEBER y HABLAR", o lo que es lo mismo, Rafael Morales y Manolo Martínez, nos hemos inventado esta ruta en un intento de hacer cosas diferentes que propicien el encuentro y la tertulia a través de ese matrimonio bien avenido que conforman la ciudad y sus monumentos, eso sí, con las tabernas como punto de encuentro.

En la Puerta de Sevilla Rafa nos habló de sus orígenes, de su evolución, de Jorge Bónsor y remató su disertación hablándonos de la Torta Inglesa. 


Este primer paseo por Carmona entre monumentos, tapas y vinos, ha resultado ser todo un éxito hasta el punto de que, muchas personas, se han quedado en lista de espera para, posiblemente, una segunda ruta que pronto convocaremos. 

Gracias a L´ANTIQUA, nuestra primera parada tabernaria


Algunos, como Marisa Mora, M. Ángeles Victori, 
M. Gracia Rodríguez, Concepción Cobano, Maribel, Manuel Barrios y Antonio Gago,
se bautizaron como tertulianos. Bienvenidos a todos.

Cada lugar visitado fue reseñado por Rafa Morales, Licenciado en Historia del Arte, que adornó cada descripción del monumento en cuestión, con anécdotas y curiosidades, ilustrándonos de manera amena las más de tres horas que duró esta inusual, por diferente, ruta. 


En LA TASQUITA DEL INGLÉS disfrutamos de sus maravillosas tapas 


Eva y César, vecinos y amigos

Rafa Morales ha recibido este año el reconocimiento de TripAdvisor, por el trabajo de su empresa ADARVE PATRIMONIO CULTURAL, que ha sido catalogada como uno de los negocios mejor valorados de nuestra ciudad.  

                                               

Después de hacer esta ruta con ADARVE, Rafa, entiendes el porqué de este reconocimiento. Rafa va hilvanando en cada exposición del espacio visitado, sus conocimientos, como historiador del arte, con las leyendas que sobre el lugar han sobrevivido al paso de los años, y no contento con su bien entramado argumento, lo adereza con referencias gastronómicas que nos abren la curiosidad y el apetito. 


En la Plaza Arriba nos deleitó con la historia de la misma y tambíén del origen de las alboronías, plato típico de la ciudad.


La ruta ha constado de las visitas a tres monumentos, o espacios patrimoniales, de Carmona, acompañadas de tres "paraítas" para saborear la gastronomía de nuestras tabernas. En esta primera ruta hemos "repostado" en L`Antiqua, La Tasquita del inglés, San Fernando, Mingalario y El Rinconcito, las tabernas más cercanas a dichos lugares. El broche final ha sido el café con dulce que hemos compartido con las monjas en el Convento de Santa Clara. 


Antonio, de MINGALARIO, cortando oro 



Tomando fuerzas en Mingalario antes de escuchar la última explicación de Rafa en
 la Casa de las Cadenas



Y ya, en La Casa de las Cadenas, nos pusimos al día de los sucesos que en dicha casa acaecieron, y como no podia ser de otra forma, hizo una reseña gastronómica, en este caso sobre el origen de la tortilla francesa. 



Tras la Casa de las Cadenas, la última tapa en el RINCONCITO
a quién agradecemos que nos preparara un  elegante rinconcito para nosotros





Buena cocina y mejor atención la del RINCONCITO


En el Convento de Santa Clara tomamos un café con unos maravillosos dulces elaborados por las hermanas clarisas y pusimos fin al encuentro visitando la torre del convento. 


Nuestro más sincero agradecimiento a cuántos han estado de una u otra manera en nuestro camino: Taberna L`Antiqua, Bar Goya, Mingalario, San Fernando, el Rinconcito y, por supuesto, especialmente a nuestras monjas clarisas que tuvieron el detalle de hacer un dulce especial para la ocasión.


Sergio, Párroco de San Antón y de Santa Clara, nos acompañó en el café











ADARVE   PATRIMONIO  CULTURAL  (Rafael Morales) 

Aquí puedes entrar para informarte 

https://www.tripadvisor.es/Attraction_Review-g315913-d12122681-Reviews-Adarve_Patrimonio_Cultural-Carmona_Province_of_Seville_Andalucia.html

   Tertulia  "COMER, BEBER Y HABLAR"  ( Manolo  Martínez )

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