Cuando Gracia Castejón me propuso hacer una tertulia sobre la donación de órganos se me vino a la cabeza el ‘kintsugi’, que es una técnica centenaria de Japón que consiste en reparar las piezas de cerámica rotas, mediante la unión de los fragmentos con un barniz espolvoreado de oro, la cerámica recupera su forma original, si bien, las cicatrices doradas, y visibles, transforman su esencia, recordándonos el desgaste que el tiempo produce sobre las cosas y el cambio que provoca en su identidad, ganando en hondura.
Algo así debe suceder en la donación de órganos, porque después de hablar con algunos trasplantados, pero sobre todo, después de escuchar a Paloma y a Germán, los padres de Rubén, un niño que falleció hace sólo unos meses, y cuyos padres decidieron donar todos sus órganos para que otras personas pudieran seguir vivas, y a la vez, pensar que su hijo Rubén seguiría existiendo en aquellas personas que recibirían sus órganos.
La entereza y convicción con que Paloma y Germán nos trasladaron esa reflexión nos hizo a todos sentirnos muy pequeños cuando en el día a día nos queremos comer unos a otros por tener más, ser más y veinte estupideces que a menudo nos marcan la vida.
Luís Núñez fue el coordinador de esta tertulia. Luís es músico y ejerció la docencia en el Conservatorio Superior de Granada. En 2009 fue trasplantado de hígado y ahí comenzó su vínculo con la Asociación Andaluza de Trasplantados Hepáticos que actualmente preside.
También nos acompañó Elena Correa, Jefa de Coordinación de Trasplantes del Hospital Virgen del Rocío, quién nos ilustró sobre las pautas a seguir para convertirse en donante, y nos habló del TESTAMENTO VITAL, como la mejor herramienta para que todos nos convirtamos en donantes potenciales de órganos.
Nos faltó más tiempo para escuchar las experiencias y para hacernos más empáticos, como defendió Luís. Pero habrá más coloquios, seguro.
No quiero cerrar este texto sin agradecer a Ángela, directora del Hotel Alcázar de la Reina, su empatía para con nuestra tertulia “Comer, beber y hablar”, y con Carmona, integrando este hermoso hotel, referente del turismo de Carmona, en el paisaje cultural de esta ciudad.
Y gracias a Televisión Carmona, que generosamente ha accedido a difundir esta tertulia y su mensaje de regalar vida.
Me gustaría acabar esta reseña con la maravillosa petición que la madre de Rubén, Paloma, les hizo a quiénes hubieran recibido los órganos de su hijo:
—Por favor, comeros el mundo a bocados.
(Gracias Rubén)
Tertulia “Comer, beber y hablar”
Manolo Martínez
Carmona, quinto mes de dos mil veintidós