CARPE DIEM



Dentro de veinte años, lamentarás más las cosas que no hiciste, que las que sí hiciste. Así que, suelta amarras y abandona el puerto seguro. Atrapa los vientos en tus velas. Explora. Sueña. Descubre.


domingo, julio 29, 2018

El año que TRAVOLTA vino a LA ALAMEDA de CARMONA


El tiempo es el sastre de nuestros pensamientos. Es tirano y embustero. Hoy nos dice que somos y mañana que no somos. Jose Luis Blanco, en su premiada RELECTURA, lo define con brevedad, contundencia y hermosura: “… y luego , un día, el porvenir vino como un disparo”. No se puede decir más con menos.
Y los recuerdos, esa lluvia sutil de imágenes y vivencias pasadas que te empapan el alma hasta inundarla de ayer. En la antesala de mi nostalgia , La Alameda de hace 40 años, esa niña bonita que se estira perezosa como un bostezo, desde la Fuente de los Leones hasta su tímida mirada a la Vega. A su cuerpo amarillo le ciñen el talle infinitas pestañas verde, y escondidos en las piedras de sus bancos, besos y abrazos, un millón de síes y otro tanto de noes.

Verano de 1979, hace cuarenta años:

"Jhon Travolta y Olivia Newton-Jhon acaban de llegar a Carmona. Estarán entre nosotros 4 noches. Ambos se alojarán en la pantalla del  cine de  verano Rialto, al final de la Alameda.
Sobre la tierra recién regada cuatro pares de piernas se acompasan, dejando a su paso un reguero de cáscaras de pipas que nos marcaban el camino de vuelta.
¡Luz roja¡ Se acaban las pipas, la gasolina del paseo. ¿Dónde las manos metemos? Una intercambia moneda y helado en el centro geográfico de mi Alameda, el puesto de helados de Los Valencianos. Otra rebusca alguna pipa escaqueada entre el mechero, las monedas y las pelusas de la lavadora.

- Allí están. ¿Vas tú o voy yo? (La pregunta era un simple adorno, siempre iba Juan, el caradura oficial. Y siempre el mismo y austero argumento):

- ¿Tenéis fuego?

- No, ninguna fumamos.


Al wano. Deshechas en un segundo mil y una consideraciones previas al encuentro. Tres risitas cobardes de amigos insolidarios.

- ¿Qué te han dicho Juan ? (Más risitas)

- Bueno, ¿qué hacemos? ¿Vamos al cine de verano, a ver “Grease“  por tercera vez, o nos tomamos la última en Gamero?

Gamero, alpha y omega del paseo. Punto de encuentro. Antonio recita por enésima vez la lista de los reyes godos en tapas:


- Pez de espada, carrillá, hígado a la plancha, huevos a la bechamel, calamares … 

Tras una profunda meditación , el esperado consenso culinario :

- Cuatro pez de espadas , Antonio , con sus respectivas espumosas.

- … y mañana, Juan, apaga el cigarro antes de pedirles fuego a las muchachas.

(Con las risas pulverizamos pez de espada y Cruzcampo a la vez ) .

“… que veinte años no es nada “, dice la canción, ¿quien sería el talento que la escribió ?


Manolo  Martínez


viernes, julio 27, 2018

LA HUERFANA


Desde el costado oeste de Carmona, se otea, sobre un lienzo de cielo, cinco rezos de piedra, que se erigen sobre el escarpe que vigila la Vega. San Pedro, San Bartolomé, Santa María, San Felipe y Santiago conviven, en la mirada del paseante desocupado, con la huérfana. Sin un vestido de ladrillos o adobes que disimulen sus costillas de hierro, emborrona la fiesta visual esta huérfana de campana, que habiendo arribado la última, se ha ubicado la primera en la línea de torres que escoltan la ciudad. Si el quinteto de torres fueran las chimeneas de un Titanic contemplativo, la huérfana metálica, sería el iceberg contra el que se estrellaría toda la magia visual que nos ofrece el mejor perfil de nuestra ciudad. Descarnada, fea y, aún así, arrogante, la torre huérfana campea victoriosa en la atalaya carmonense. Su media docena de orejas esféricas la convierten en una monstruosa cotilla, que lleva y trae conversaciones ajenas. Detrás, las cinco hermanas, charlan entre ellas a golpe de campana, y urden, sobre la posibilidad de darle un empujoncito a su hermanastra de acero, picacho abajo, sin querer... Pero la burocracia de su religión, no acaba de concederle la cédula que le permite ese rempujón al vacío, dejando así, maniatada sus intenciones. Que digo yo, que mientras llega el consentimiento, y como solución temporal para quitarnos de en medio a ese mamotreto, ¿por qué no lo disfrazamos? Ahora que se confeccionan unas copias sorprendentes de cualquier retablo, pintura o monumento, mientras se restaura el original, aprovechemos el invento. Mi mujer siempre dice que no hay mal que por bien no venga...pues vamos a pedirnos un faldón que reproduzca la Cúpula de Brunelleschi y vestimos con él a nuestra antena huérfana ,¿ se imaginan ustedes esta fastuosa cripta coronando el picacho? Y dado que Telefónica es LIBRE de hacer lo que le viene en gana, que tal si enfundamos a su fea hija de hierro, en una réplica de la Estatua de la Libertad como centinela irónica de nuestro paisaje? ¿ Y cómo luciría la antenita vestida como la Torre de Pisa.?, ahora me caigo, ahora no me caigo sobre la Vega.
Lo que queramos señores, eso sí, teniendo en cuenta, que elijamos el terno que elijamos, hay que abrirle unos agujeros para que la antena de los cojones pueda sacar sus orejas metálicas. No me negarán que no va a quedar el picacho, cuánto menos, interesante, con su Estatua de la Libertad antenada, o su Torre de Pisa con orejas.... Pues nada, decidido, convocamos un referéndum y votamos los trapos con que vamos a disfrazar a la torrecita de telefonía. Los gastos del sastre correrán, lógicamente, a cargo de Telefónica, la madre de la criatura. Estoy seguro de que no habrá un reclamo turístico más curioso en los Alcores . Y a hacer caja la Delegación de Turismo.
Postdata : Que a ningún político se le ocurra robarme la patente.

( Gracias a Artes Gráficas J.L. URRUTIA)

Manolo  Martínez

domingo, julio 22, 2018

Camino de Santiago





































Quise celebrar el día del apóstol Santiago y eché a andar temprano, a la hora de los panaderos, justo cuando el sol estaba acabando de desayunarse a la luna. Me atavié como mandan los cánones: mi sombrero-pamela "palsol", mi calabaza-cantimplora "palasé", mi palo-bastón "pandamejó", mi concha de vieira "panosequé"... en fin, que no me faltaba un perejil.
No ví frondosidad, pero no me faltó donde aliviar el cansancio del caminante, con buenas viandas y mejores caldos. Tanto que, llegado el momento yo ya no era el peregrino preguntón, ahora era el resto de caminantes los que me inquirían a mi, seguramente preocupados por mi andar desvencijado del camino, del sol y de los néctares:

-¿Pero dónde vas buen hombre?

Y yo, sinceramente, estaba perdido. ¿Seguro que ya transité por Ponferrada, Cacabelos y Villafranca del Bierzo, o es que la devoción me acortó el camino? Se ve que los brebajes de esta tierras fueron traicioneros conmigo, y que algún conjuro malévolo o akelarre conspirador urdieron mi descalabro.

- Yo iba de peregrino, y me cogiste de la mano...

¡Ah no, que esa era María del Monte!
¿...del monte, el monte..? Ya está..., aquello sería el Monte do Gozo. Estaba al final de un repecho, y al fondo se oteaba un campanario. Eureka yo iba buscando Santiago. El calor fizo que pasara el hechizo y recordara mi encomienda.

-Hermano, ¿son aquellas fermosas campanas las del Apóstol Matamoros, y esta altiplanicie redonda El Monte do Gozo?

- Pero, ¿qué estás hablando vecino...?, esto es la Plaza de San Fernando, y aquellas campanas las de Santa María. Los kikilis  quedan justo detrás.

Tiré números sorprendido: Peña Bética, Peña Sevillista, El Ruedo, Bodega Fernández, Carreño, El Tota, La Viuda, El Resbalón, La Cueva, La Antiqua, Casa Paco, el Goya, Mingalario, Pastrana y Curro Montoya, ¡pero si había más Posadas que Camino!

(Es como si la magia del Camino me hubiese hecho dar vueltas sobre IRATXE, donde se encuentra la única fuente del mundo que vierte agua y vino al mismo tiempo).

                                            


Al llegar al barrio de Santiago, los kikilis le dicen por estos lares, me dispuse a cumplir con la última tradición, la de darle tres cabezadas a una piedra, pero sólo tuve fuerzas para dar una muy grande al caer sobre las piedras pelonas, frente a Santiago, y ya no me levanté. Llegado hé, pensé.
Manolo Martínez








                                                                              

martes, julio 17, 2018

Al fin del mundo en una hora



Hemos llegado al fin del mundo en poco más de una hora. Ryanair lo ha hecho posible por cincuenta y tantos euros, (...y pensar la de sacrificios y zapatos que había que romper para llegar hasta aquí hace sólo unas docenas de años). Eso sí, aún no hemos visto ni un solo monstruo marino de 7 cabezas, ni ningún ser extraordinario de esos a los que aludían las crónicas de los peregrinos que llegaban a este Finis Terrae (en A Coruña) hace ya un buen puñado de años. Lo más cercano a aquellos temidos seres ha sido el dueño de un bar de fritangas cercano al Faro de Hércules que nos despachó, con más malaje que alegría, una ración de C.A.N.I.  (Carne Animal No Identificada), a la que anunciaba en la pizarra del susodicho bar como croquetas caseras. ¡Ostia, que uno se venga al fin del mundo a comer C.A.N.I...¡Menos mal que ha sido la la única experiencia gastronómica paranormal que hemos sufrido, luego, "La Taberna do Bispo", "Petiscos do Cardeal", y sobre todo, la carne, el pescado y la huerta del hermoso Mercado de Abastos de Santiago, nos demostraron lo bien que se come en Galicia.


En uno de los paseos por la Rúa do Franco, siempre repleta de peregrinos, nos llamó la atención una serie de acuarelas de vivos colores que tenían como tema principal la Catedral de Santiago, pero sumergida bajo el mar y rodeada de pulpos, estrellas de mar, ostras..., una delicia. Cuando entablamos conversación con su autor, Román, un pintor con aspecto de teutón,  nos acabamos enterando de que había vivido en nuestra ciudad un tiempo, en la Urbanización de las Monjas, y conocía Carmona mejor que nosotros. Pues va ser verdad aquello de que el mundo es un pañuelo, (de Carmona a Carmona, pasando por la Plaza del Obradoiro). Puede que vuelva a Carmona en septiembre, le esperamos con los brazos abiertos.


Viajar no sólo es desplazarse, ir y venir, moverse...es también parar, esperar, sentarse a mirar lo que hay debajo del cielo...


...incluso  lo que hay en el mismo cielo, como cuando subes a las cubiertas, al "tejao", a lo más alto de la Catedral de Santiago. Las vistas desde aquí arriba no pueden adjetivarse, hay que subir a respirarlas.


El último día del veraneo uno se queda siempre con la impresión de que necesita volver, de que se han quedado muchas cosas por ver, mucha gente con la que hablar, muchos vinos y comidas por probar... pero siempre vienes con la certeza de que no hay manera mejor de cargar pilas que cambiar de aires.
Volvemos a casa con la barriga llena y la cabeza vacía (de problemas, de tontos y de sus tonterías)


... y el mar del norte, ajeno a todo, reivindicando siempre su espacio


sábado, julio 14, 2018

Vacaciones y famosos


Huyendo del calor me he escapado a San Sebastian, Donosti "pa" los amigos.
Entre el buen dormir (se necesita el abrigo de una manta, o mantita), y el buen comer que, sobre todo en la calle 31 de Agosto te ofrecen los innumerables bares de pintxos, el resto de la jornada te pide pasear. En una de esas caminatas, justo en la desembocadura del Urumea, he visto a Loquillo pasear su incipiente barriguita cervecera, pegado al siempre enfadado Cantábrico. No he podido remediarlo:

- “¡Loquillo..., eres el mejor!

le he espetado, y él, casi sin mirarme, me ha respondido:

  - “Gracias”

...pero no con esta voz mía menuda, sino con la suya, rotunda: GRA-CIASSSSSS

La ostia, "quécachotío", y "quépeazo" de voz, le he dicho a mi hijo Ángel, que no ha dejado de de medirlo con su mirada. Les juro que en mi vida he escuchado una sola canción de Loquillo, pero me pierde un famoso de cerca.

Lo mismo le  dije a Santana, el mítico tenista, al salir de una caseta de la Feria de Sevilla, hace ya un buen puñado de años, y eso que jamás he visto un partido de tenis más allá de los dos primeros juegos. Tampoco escapó a mis lisonjas el expresidente de la Junta, Rodríguez de la Borbolla, cuando esperaba el paso de la Hermandad de San Blas en Carmona-“Uno del partido”, le solté para estrecharle le mano, cuando jamás he estado afiliado a ningún partido. Otro día, al salir de una atracción de Isla Mágica, me encontré a Antonio Burgos, colaborador del ABC, al que saludé, y mentí, al comentarle que esperaba ansioso sus artículos en el citado periódico. Por Dios, jamás fuí seguidor suyo, Dios me libre, pero es superior a mí, me pierde el  aura de las celebridades, mira que soy endeble, infundado y frívolo, pero no puedo, que no puedo remediarlo. Carmen, ¿dónde andas?, que necesito ver gente con glamour.
Manolo Martínez


jueves, julio 12, 2018

UN MILLÓN DE SEGUNDOS DE VACACIONES


Así corren las vacaciones, como este caballo de carreras. Con lo que tardan en llegar y luego son vista y no vista. Por eso este año he inventado un método para ganarle yo la carrera y no quedarme como siempre a dos velas. Es muy fácil, y se me ocurrió mientras ayudaba a mi hijo con los deberes en la conversión de medidas.

Pedazo de vacaciones las que me voy a pegar este año. Yo cogía normalmente 15 días de veraneo, aunque ha habido veces que he llegado a coger hasta dos semanas seguidas, incluso hace unos siete años disfruté de medio mes del tirón, y hace tres disfruté de 360 horas continuas de holganza, pero este año he decidido tirar la casa por la ventana y me he pedido por primera vez en mi vida UN MILLÓN DE SEGUNDOS DE OCIO ININTERRUMPIDO. ¿Que no te lo crees?, tu problema es.
Me da hasta vértigo. ¿Cuántos paseos voy a poder dar en más de un millón de segundos?Qué maravilloso es ese dogma que dice "Que todo depende del color del cristal del color con que se mire", y yo añadiría :"...y del número de conversiones que hagas" Por ejemplo a los que nos vuelve loco compartir cervezas con los amigos vamos a pasar de esa tristeza de tomarnos 2 o 3 cervezas a compartir con los colegas 50 o 75 centilitros, porque aunque es lo mismo no es igual ¿verdad?
De igual manera pasaremos de leer con prisas uno o dos libros durante el estío vacacional a regocijarnos leyendo casi 700 páginas, o mejor aún, casi medio millón de palabras....¡genial!
Atrás quedará eso de ver un par de películas en el cine, nos atiborraremos con cientos de miles de fotogramas...¡ufff...dios...cómo cambia la historia! Luego entonces también pasaré de ver 10 partidos de fútbol del mundial a ver 900 minutos a 44 piernas disputarse un balón...esto me está empezando a agobiar...y es como si ya no pudiera pararlo. Ahora ya no me comeré un plato de papas fritas con su huevo sino que cada vez que lo haga estaré engulliendo una yema, con su clara, sus proteínas, su colesterol, y 30 o 40...¡qué empacho!, ya me estoy hartando de vacaciones, y todavía me quedan cientos de miles de segundos...qué ganas de que llegue el trabajo, porque ahí volveré a hacer la conversión y trabajaré sólo 40 horas  a la semana o mejor aún , sólo cinco días, y si me apuras, trabajaré 2/3 de cada mes. ¿Comprenden? Esto es un chollo, patrás y palante, según nos convenga. Multiplicamos o dividimos, añadimos ceros o corremos la coma...y toda nuestra existencia cambia...quién no se consuela...
Manolo Martínez

domingo, julio 08, 2018

POLVORONES A 40º



Ahora que ya nos visita el caló y la caló (ahora que los esnobs le ponen a todo los dos artículos), empezamos a sondear remedios caseros para los 40º.
Uno de los más originales se lo escuché en una entrevista al gastrónomo, barbudo y "bon vivant" que era el sevillano Garmendia. Decía el ocurrente periodista que llegadas las horas de máximo sofoco, rebuscaba en la caja de polvorones los sobrantes de Navidad (los primeros exiliados de la mesa, los de naranja y limón), cogía uno, los espachurraba con la mano para que la catadura fuera mejor, y acto seguido se comía uno, dos y hasta tres. Con los 40º y el engullimiento de los mantecados, su rollizo cuerpo le pedía de manera urgente agua. Entonces esperaba un eterno instante aguantando aquella sed imposible, pasado el cual abría el frigorífico y llenaba un gran vaso de agua fría. Y justo ahí ocurría el mágico momento. Mientras se deslizaba el agua fresquita por su gaznate, vivía eso que algunos llevan toda su vida buscando sin encontrarlo, la felicidad. El no va más. El yin y el yang. La imprescindible lucha de opuestos. El menos es más. Sabiduría de andar por casa. 

Gracias Garmendia, con qué poco, y qué rápido, has definido y sentido la felicidad. Lo probaremos de aquí a septiembre, que no nos va a faltar caló, ni polvorones.

Manolo Martínez

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