Desde el techo de esa humilde posada, un niño, siempre un niño, vigila atento la llegada de sus regalos ( digo de los Reyes Magos). El niño Jesús le observa desde abajo. Daría lo que fuera por poder subir al techo con ese niño y compartir juegos e ilusiones. Daría lo que fuera por que ese que está allí arriba fuera su hermano. Daría lo que fuera por que todo cuanto se dice en estos días en las iglesias ( y en las comidas de empresa) sobre él y la fraternidad fuera cierto.
- Abuelo, ¿ la Navidad existe?
- Existe todo lo que tú quieras que exista.
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