Es la rata un mamífero , roedor , de unos 36 centímetros de largo , desde la punta del hocico a la extremidad de la cola . De cabeza pequeña , hocico puntiagudo , orejas tiesas y pelaje gris oscuro . Es destructor y voraz .
Hasta aquí la definición académica de la susodicha . Pero existe una variante humana de tan repugnante espécimen , que en su infinita capacidad de adaptación , ha conseguido erguirse sobre sus dos patas traseras , ponerse pantalones ( o faldas ) , y desprestigiar , en la medida de lo posible , a la raza humana . Darwin hubiese cambiado su viaje a las Islas Galápagos , por haber conocido a tan fascinante ejemplar . Se infiltran con sigilo , en todas las esferas de nuestra sociedad : política , empresas , peñas , o instituciones de cualquier índole. No hay ámbito que haya conseguido inmunizarse contra estas ratas humanas . Son curiosas . Olisquean en los sentimientos ajenos , hasta encontrar cualquier resquicio de miseria para airearlas . Y aunque hayan aprendido a hacerse el nudo de la corbata , no pueden disimular , que como están a gusto , es rodeadas de basura , cotilleos y difamación , su hábitat natural .
Esconden sus negras uñas zapadoras , tras una calumnia , oprobio o bajeza , inventada la mayoría de las veces , porque sus vidas están presididas por el aburrimiento , el trono de los ignorantes . Son aquellos que torean desde la barrera , los que dicen digo , donde dijeron Diego . Su espeso e hirsuto pelaje les impermeabiliza contra la dignidad , la camaradería , la generosidad , el respeto al otro , y toda esa ristra de sandeces , que los humanos arrastran con orgullo , como un rosario con el que suelen dar sentido a su vida . Pero las ratas humanas son más pragmáticas . Bueno ... , son ratas .
El día que inventen una máquina capaz de fotografiar el alma de los hombres , su bienestar o malestar interior , ese bendito día , desarmaremos a esta especie en peligro de expansión . Hasta entonces , tendremos que sufrirlos en silencio , como las hemorroides , o aplicarles cualquier raticida de los conocidos .
Para ello , lo primero es localizarlas . A las auténticas se las rastrea , por su ruído al arañar en las cañerías y por la estela que va dejando su excremento . A las de corbata , igual . Sólo que las cagaditas de éstas , tienen forma de de falacia , de soberbia , de urtos ; y sus arañazos son sus chivatazos (son correveidiles profesionales ), su arrogancia , su prepotencia , y todo el malestar que va dejando a su paso por la vida .
No hay ningún requisito especial para ser rata-humana , sólo querer serlo. Las hay ricas y pobres , machos y hembras y de cualquier color político
Baltasar Gracian , en su Oráculo Manual y Arte de Prudencia , tiene un consejo , del que estas ratas hacen dogma : “ Saber hacerse a todos , con el docto , docto y con el santo , santo “ , ( perdona Baltasar , ¡ pero vaya esquizofrenia moral la tuya ¡ ) .
En los tugurios del alma , tienen su asiento estos chaqueteros , que están ojo avizor para husmear cualquier lerdo del que puedan aprovecharse . Tienen pretensiones de oropeles , pero maneras arcanas .
Son prosaicos , fátuos , fútiles y salivan , como el perro del Paulov , con la campanilla de la desgracia ajena . Alimentan su envidia con el pesar de los demás , sin caer en la cuenta , de que como canta Cortez , todos somos los demás de los demás . Menos mal , que tienen , como “ to quisqui “ , su talón de Aquiles . No han podido emular la capacidad de los humanos , para gozar con el bien de los demás . Por eso deambulan por la vida , pero no viven . Ni dejan vivir .
( mailto:martinezmanolo63@hotmail.com)
1 comentario:
Dónde he visto este articulo antes?? Lo habrás publicado hace tiempo y lo quitaste... puede ser?
De todas formas, decirte que los seres humanos ya somos bastante ANIMALES, (sería la palabra general), si a eso le añadimos que existen los niños MONOS, las LAGARTAS, las que están como una VACA, la gente PERRA y, cómo olvidarse, los CERDOS,pues habría todo tipo de "individuos" del reino fauno deambulando por las calles humanas.
Gran artículo.
Saludos.
Publicar un comentario