La cándida caricia de esa niña no
es moco de pavo, es la viva imagen de la mentira.
Esas cínicas trenzas dan el beso
de Judas al reo emplumado, antes de ser ejecutado ante un pelotón de barrigas
hambrientas. Mentir se ha convertido en algo tan "natural" como este
alegórica fotografía. Si se pudiera abrir una windows, a los pies de la palabra mentira, en la que se desplegaran
todas sus miserias a modo de propiedades, sin lugar a dudas, el primer lugar lo
ocuparía el siguiente rasgo: "Mentir es presuponer que el cerebro del
hipotético engañado tiene un tonelaje, o aforo, inferior al del mentiroso, sofisma
que nos lleva a una verdad inapelable: la inteligencia emocional del embustero,
es infinítamente menor que la del presunto burlado"
A lo que el pavo arguyó: "Glu-glú, glu-glú...."
a los políticos que acarician a los votantes,
para luego desplumarlos)
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