Todavía, a mis años, me sorprende
el "poder" que tiene una chaqueta y una corbata. Ves a un político
sin corbata y te da cercanía, pero le quita seriedad. Si le quitas la chaqueta,
ni te cuento. Da igual que su discurso sea brillante, sus ideas rompedoras, y
sus argumentos irrefutables, si no lo comunica luciendo chaqueta carece de credibilidad.
Y esto es así. Nuestras abuelas ya lo decían: "Según tus trapos así te
trato". Chaqueta y corbata, corbata y chaqueta, y si no, no eres nadie
Lástima, llegué a pensar que el talento, el conocimiento, el esfuerzo, la generosidad,
el altruísmo o el intelecto, nada tenían que ver con un trozo de tela con forma
de larga lengua, o con una americana, que es como llamaban antes a las chaquetas . Pues no.
Ya saben, al carajo la Universidad , todos a
Massimo Dutti, o Pertegaz.
Escrito por Manolo Martínez
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