Cada mañana, cuando dejo a mi
Ángel en el colegio, nos encanta mirar esta cabaña. La bautizamos como La
Cabaña de Ángel. Aún no tenemos las escrituras, pero tampoco las necesitamos,
porque es nuestra todos los amaneceres de lunes a viernes. Y lo es, porque hay
cosas que las haces tuyas sin necesidad de comprarlas, símplemente porque unimos nuestros corazones al
contemplarla, bajo la niebla, o bajo el
sol.
A mi hijo Ángel
(Escrito por Manolo Martínez)
3 comentarios:
Pues en efecto, no creo que necesites escrituras, sino más bien, ese deseo compartido. Buena vista sin lugar a dudas. Además, los recuerdos de la niñez a veces perduran hasta la madurez y más allá, es posible que siga llamándose "La cabaña de Ángel" aun después de terminar su etapa de colegio y comenzar etapas mayores. Muchos besos :)
Yo creo que todos tenemos un recuerdo que hicimos nuestro en un momento determinado y con el paso del tiempo ha permanecido en la memoria como propio. A mi me sucedió con una vieja casona que hace un montón de años que no existe y en la que inventé un montón de historias maravillosas. Siempre que paso por delante del edificio que ahora la sustituye me acuerdo de ella y lo magnífica que fue.
Un beso.
Dejé de ser nostálgico hace años, pero construir recuerdos es tan hermoso como necesario. Me agrada mucho que sigas entrando en mi blog. Un beso antequerano.
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