El tío del telediario me pone de
mala leche cada vez que, mientras me como mi huevo frito con papas, dice que
los índices "nosequé" han dejado bien claro que la crisis está a
punto de acabar. Yo suelto un huevo, de los de mi plato, y cojo la factura del
teléfono, suelto otro huevo, también de las gallináceas, y cojo la factura del
agua, suelto mi amor propio y cojo la factura de la luz. Entonces, con Endesa
en la mano, exploto, agarro los huevos, ahora los míos, y digo ¡ay¡, mientras
miro a los ojos al tío del telediario.
En la silla de enfrente, mi hijo
me obliga: - Papá acábate los huevos
...y yo, que ya no recordaba cuáles eran los que tenía entre
mis cinco dedos, aprieto sin piedad, mientras observo como sonríe el tío del
telediario al ver mi descomposición.
Moraleja: no veas el telediario y cómete los huevos.
Manolo Martínez
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