Asomarse
a la vida es un lujo que todos tenemos a nuestro alcance. La vida estaba allí (y
allí sigue empadronada), en el escaparate de navidad de nuestra infancia. ¿Lo
recuerdas?, allí habitaba todo. Tus deseos, mis ambiciones, nuestros antojos...,
el futuro respiraba detrás de aquel cristal.
Pero, ahora que nuestra barriga progresa adecuadamente (como los chicos de la ESO), y nuestra cabellera retrocede de manera cobarde, miramos nuestras existencias en otras vidrieras, la de los sentimientos. Y es justo ahí, en el fondo, entre mi corazón y vuestras sonrisas, donde vuestros sueños cogen por el cuello a los míos, lo zamarrean primero, luego lo abrazan ..., pero es cuando la nieve alcanza nuestras cabezas cuando por fin lo entendemos: todo está a nuestro alcance, todo: una copa de ribera, un cigarro, un cruce de miradas, una conversación, unas risas, la música...el resto es mentira, ¿verdad?
2 comentarios:
Sin embargo que felicidad la nuestra cuando todo estaba por llegar y cumplir. Y que rápido se ha pasado el tiempo sin hacer todo lo que queríamos. La vida supongo, que es así de simple.
Un beso.
Sí y no, Lola. Sí se ha pasado el tiempo,pero aún nos queda el suficiente para seguir haciendo esa lista de cosas que nos falta por hacer. Felices fiestas por Algeciras.
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