Aún relincha el calor por los rincones del pueblo, pese a que el verano, con disciplina jesuita, empieza a recoger su manada de rayos desbocados. Dicen los orientales que somos lo que pensamos, y puede que no falten a la verdad, porque yo, apenas nombro al ardiente, empiezan a salivar mis glándulas sudoríparas, (jodido perro de Paulov...), yo le llamo el orto sobaquero. Por eso, apago mi pensamiento, y mi ardor, con aquel primer beso, y me refresco, cuando atisbo, entre el bosque de neuronas, aún llenas de arena y plegando sombrillas, aquellos labios dúctiles, mojados,y, por un instante, dejo de ser calor, y soy beso. Estos chinos sí que saben, todo está en el tejao, todo.
4 comentarios:
Manolo, la crema bronceadora te sienta regular ¡
...lo sé anónimo, soy consciente de ello,pero lo que hay es lo que hay...(otro dogma chino)
¿Besos? ¿labios dúctiles y mojados?. A ti no se te quitaba la caló querido Manolo...se te bajaba a determinado sitio no más.
Mira que eres cab...,tintito,¿es tu estado natural?. Por cierto, no te vi en tu carroza romera...ah, que te travestiste con Gala e íbais de faralaes, ya decía yo que había dos portuguesas peludas infiltradas en el cortejo...
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