Mientras esperaba una consulta en el Hospital San Lázaro, y dado, que por aquellos lares, no existe centro comercial alguno, que acoja los tiempos muertos de los pacientes pacientes, decidí visitar, pues aún no lo conocía, el cementerio de San Fernando de Sevilla. Nada más entrar, a la izquierda, me topé, en mi inusual paseo, con la tumba de Joselito El Gallo. Sobre una de las lápidas que delimitan el cortejo fúnebre, una limpiadora, con su uniforme azul cielo, tenía sus dos manos ocupadas. Con la derecha asía una fregona, que mojaba en un cubo con agua y mistol, para restregar las lápidas de las glorias toreras. Con la otra sujetaba un móvil de última generación, por el que le chillaba a su madre, sobre la lápida de mármol, que cubría la tumba de Joselito, la lista de la compra:
: -…que no mamá, que t”e dicho que el papel higiénico es más barato en el Lidl. En el Día, me compras las lentejas, la espuma de afeitar de Pepe, y las compresas. No…el Nescafé y los garbanzos lo dejas pal sábado, que libra muá y voy al Carrefú. Scucha, la cartilla, que te la selle la niña de la caja, que esa, si no se lo dise, se jase la tonta, parece que va a heredá, la malahe, er colomato…
Toda esta compra vía móvil, ocurría mientras la fregona, chorreando mistol, se paseaba por los pies de los portadores del cadáver de Joselito: María la mujer de Curro, el de la Jeroma, Eduardo Miura, Ignacio Sánchez Mejías, y unos cuántos de gitanillos creados por el imaginero Mariano Benlliure, se afanaban, en vano, en despegar sus pies de bronce fundido, ante la avalancha de mistol y compras, con que, la funcionaria, regaba la gloria de los vecinos de la necrópolis sevillana, desde Belmonte a Espartero, pasando por Paquirri o Manolo González.
…y pensé yo, con los centenares de bravos toros que habrán lidiado y pasado por la espada aquella media docena de maestros, y que ninguno pudiera salir de allí un momento, para quitarle a esa mujer la fregona, la garrafa de mistol y el móvil, con los que estaba profanando, su gloria y su silencio.
¿ ….y to esto, pa que al final me rieguen con mistol? Me voy pa la feria.
3 comentarios:
genial, manolo. Sabes sacar una sonrisa de un simple acto cotidiano.
¡ole el arte tauromistolino!
Yo digo...es que "Manué se fihaa" que si no, como iba a escribir como lo hace... que te digo que yo he visto a la "muhee" que si que la veo, es que con arte se nace, y a ti te encontré en la calle
Mistol dices Manolo? ¡Era lejia tres sietes perfumada ¡ Mira que meterte en la conversación de una funcionaria limpiadora ¡ Poco mas y el de Morancos y tú el mismo. Pero bueno, momentos así es para te hubieras hecho una foto con ella. Tú, ella y el cubo de la fregona cual soldado prusiano. De fondo, ¡ La Gloria por el Valor ¡ Por cierto, si consigo dos entraditas pá los toros ¿vendrás?, a mi propia le dá repelú y al Jefe seguro que no le dejan (jejeje). Un abrazo.
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