Mi hijo Pablo va a cumplir
veintiún veranos, y dentro de unas semanas hará ya siete años que se encontró a este señor con bombín remando en
una pared de Roma. ¿Dónde habrá llegado ya? En septiembre de 2010 nos fuimos los dos a patearnos Roma de
mochileros. En una de los paseos, en la Piazza del Populo, nos dirigimos a la escalera situada
a la izquierda de la misma que es una de de las nueve entradas que tiene Villa
Borghese, el mejor parque de la ciudad eterna. Justo al principio de esa
escalera, en un desconchón, descubrió Pablo esta pequeñísimo dibujo que algún
artista ambulante había dejado allí, expuesto al olvido por su diminuto tamaño,
no medía más de 7 u 8
centímetros , y eso fue lo que me sorprendió, la
capacidad observadora de mi hijo. Estábamos en el centro del mundo, a escasos metros
del descomunal Obelisco Flaminio, y rodeados de grandiosas iglesias, fuentes y
un incesante ir y venir de turistas, pero él reparó en aquellos 7 centímetros de arte
en el desconchón de una pared a ras de suelo. Desde entonces lo guardo como recuerdo
de aquel inolvidable viaje. Y esa es la razón por lo que incluyo este dibujo en mi
libro "Dos cocodrilos y un destino", porque considero a este solitario señor huérfano de autor, un hermoso poema callejero, y porque siempre que le veo me lleva a golpe de remo, sin yo pedírselo, a aquel fin de semana en el que pudimos meter en la misma mochila: el Vaticano, el Coliseo, helados al lado de la Fontana di Trevi, la maravillosa Piazza Navona...y calles, muchas calles y fuentes.
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3 comentarios:
La capacidad de observar, sobre todo lo más pequeño, es una maravilla y un don. Y desde luego, ambos la tenéis. Por supuesto que yo si quiero ese libro que estoy deseando tener en mis manos. Así que ya sabes vecino, aquí tienes ya una potencial lectora cuando llegue el momento en que salga a la luz.
Besos vecino :D
Tu ejemplar está guardado, gracias vecina. De lo que estoy seguro es de que tu próximo libro será todo un éxito, completamente seguro. El trabajo tiene su recompensa, y nadie curra como tú. Enhorabuena, te lo mereces de largo.
Manolo por favor quiero un ejemplar de ese libro si puede ser déjamelo en la Casa de la Cultura que allí te dejo yo los 7 € y no hace falta que me devuelvas el céntimo. Por cierto me ha encantado esa anécdota del viaje a Roma y el Señor con bombín
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