Ninguno de los cuatro votamos al mismo partido. Ninguno de los cuatro compartimos la forma de ganarnos la vida. Ni siquiera podríamos prestarnos el pantalón o la camisa, porque somos desigüales. Si nos quedamos sin sal en casa, no podemos prestárnosla porque cada uno vivimos en una esquina distinta del pueblo. Tampoco jaleamos los cuatro al mismo equipo de fútbol, ni coincidimos cuando contamos la misma mentira. Por no compartir no compartimos ni los días, pueden pasar meses antes de reencontrarnos, y aún así, a pesar de tantos desencuentros, cuando estamos juntos: una, dos, o cincuenta veces al año, nos reímos, a veces sin enterarnos de qué nos reímos. Simplemente estamos a gusto con nuestros amigos.
(Gracias al fotógrafo, don Francisco, del Bar Tota....los calamares, la higadilla frita, el lomo con tomate, el pollo, la pescada, el menudo, los chochitos, las avellanas... gin tonic, el café y pacasa con las pilas cargadas)
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