Todos los domingos por la tarde
son tristes. Toca recoger los restos del fin de semana: los amigos, las risas,
los guisos con tiempo, un masaje en los pies mientras ves a mediodía cualquier
película menos la de Antena 3, un helado, un chupito de limoncello, un rato de
bici…todo eso hay que meterlo en la memoria hasta el viernes siguiente. Nos
tiramos por la tarde del domingo como si fuera un tobogán en el que al llegar
abajo nos llenamos los pies de lunes. Da igual que te los sacudas para quitarte
el lunes como si fuera tierra, debajo aparecen, el martes, el miércoles y
jueves. Y así hasta el infinito y más allá. No, hasta el infinito, no. Ojalá. Nada como la música y un baile
para despedir al domingo. Este del vídeo es genial.
Manolo Martínez
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