Tomarse una cerveza no es sólo tomarse una cerveza. El trago amarillento es la última parte del proceso, o la primera. Entre el primer sorbo y el último buchito hay un mundo. Vas a tomarte una cerveza para comentar los resultados del Betis, o para preguntarle al amigo cómo le va en el nuevo trabajo. Hay cervezas amargas que acompañan los malos momentos y ayudan a desembuchar las penas a los amigos. Y hay cervezas dulces, las que te tomas los sábados entre anécdotas y risas con la peña.
¡Cuántas cosas caben en una caña de cerveza! Tantas que, a menudo rebosan, y pides la segunda, y la tercera…y ahí ya cabe todo. Normalmente, si llegas a la quinta o sexta cerveza, ya no hay más presente que contar. Entonces echamos mano del pasado y ahí la puedes liar: las primeras novias, los desengaños, los estudios, las juergas, las navidades de los últimos treinta años… La vida entera cabe en una caña de cerveza. Tómate de un trago la primera, la segunda despacio.
A vuestra salud, feliz navidad
Manolo Martínez
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2 comentarios:
Querido Manolo, este año esas cervezas de las que hablas, tomadas en mañanitas de sol con amigos o con la familia, que igual de bien sientan, no es conveniente tomarlas, más bien en casa intentando salvar la Navidad. Os deseo felices fiestas, dentro de lo que la seguridad manda, y un buen 2021, ya que el que se va nos ha salido rana.
Un abrazo para todos.
Felices Fiestas para Andrés y para ti, y sí, llevas razón, vendrán más navidades, y las cervezas en casa, nadie mejor que la familia para compartirlas. Un beso Lola, desde Carmona hasta Algeciras. Llega seguro
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