CARPE DIEM



Dentro de veinte años, lamentarás más las cosas que no hiciste, que las que sí hiciste. Así que, suelta amarras y abandona el puerto seguro. Atrapa los vientos en tus velas. Explora. Sueña. Descubre.


miércoles, noviembre 25, 2015

El FANTASMA de la RONDA NORTE

 
Llevo más de un año paseando, andando o corriendo por la ronda norte, esa que muchos carmonenses han decidido, de manera espontánea, y sin votación previa, convertir en la alameda asfaltada del siglo XXI. Pues bien, hasta hace poco no me percaté de la existencia de un fantasma que pasea tranquílamente entre nosotros. Empecé a sospechar de él porque, aunque viste de paisano, dejando su sábana blanca en casa, este  supuesto espectro está las veinticuatro horas en la ronda. Yo he ido a andar, o correr, a todas las horas posibles para comprobar que así era. Le he visto al amanecer, a mediodía, y con la puesta de sol. La otra pista que me condujo a mi inquietante hipótesis fué su mala educación. El tío, presunto fantasma, me negaba el saludo una y otra vez. Primero pensé en su posible sordera, por lo que empecé a alzar la voz de forma patética:
- ¡ BU-E-NOS  DÍ-AAAASSS... ¡ le gritaba yo, de tal forma que, hasta otros paseantes que iban 100 metros por delante mía, se volvían para responderme al saludo, mirándome, todos ellos, como un loco por mi desconcertante salutación, mientras el nota, el fantasma, ni me miraba. Pasaba a diez centímetros de mi con la mirada fija en el horizonte, como si yo no estuviera allí, lo que, por otra parte, me llevó a pensar que el fantasma era yo, cábala que abandoné cuando comprobé que el resto de peregrinos de la ronda norte, sin excepción, respondía a mi buena educación de mil maneras: buenos, días, buenas tardes, adiós, hasta luego, ay.., ehhh, como poco, me miraban y alzaban la cabeza si no tenían ganas de hablar porque el pasómetro estaba apunto de estallar. Algo, alguna evidencia de que sus corazones palpitaban aún. Todos menos el picha, el fantasma, o fantasmo, porque es hombre. Otra señal de su posible pertenencia al reino de los espíritus es su cadencia al andar, fija, ni crece ni decrece, como programada por algo, por alguien...tantitantos pasos por minuto, como un metrónomo, un fantrónomo, yo que sé...
Estoy tan mosqueado que he decidido recurrir a la última prueba, la definitiva, la que demuestre si estoy ante una aparecido, sombra o espíritu, o símplemente ante un maleducado, grosero y malcriado.
Mañana, cuando le vea venir, me iré acercando con disimulo al carril por el que viene y, justo cuando esté a centímetros de mí, cuando pueda echarle el aliento a la cara, me interpondré en su camino, me pondré frente por frente, pero sin dejar yo de andar, y, si no tropezamos, si ambos seguimos andando, pero en dirección opuesta, está claro, le habré atravesado, será la prueba irrefutable de la existencia del Fantasma de la Ronda Norte.

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