Cuando me asomo a la calle por las dos ventanas que todos tenemos entre las pestañas y no veo a nadie, me intento convencer de que es mentira lo que descubro, que mis ventanas me engañan. Entonces bajo mis persianas y me revelo, desobedezco (bendito Thoreau) y me voy de viaje. Viajo, eso sí, sin moverme de casa. He visto como se hace y es fantástico. Lo hace mi amiga Mariela Bascón a lomos de sus pinceles. Un día está en la Vega de Carmona y otro va a casa de su amiga Elisa, o sobrevuela los tejados de Carmona. Viajar a tu interior es, sin duda, el viaje de tu vida. No necesitas aviones, ni trenes, ni siquiera un coche de alta gama. Todos podemos marcharnos, cuando queramos, a esos mares, praderas y desiertos que nos esperan en un libro, en una canción, en un cuadro de Mariela. ¿El único pago necesario? Tu imaginación. Cuando estás ahí dentro, en una reflexión, te olvidas del problema, del confinamiento, de las calles vacías y los bares cerrados, de la falta de contactos con los amigos. Por eso, cuando vuelves de ese imprescindible viaje interior, no vuelves moreno, ni cargado de fotos, vuelves colmado de bienestar, porque entiendes de una vez por todas, que la vida es de dentro hacia fuera, nunca al revés. Si tienes bien amueblado el espíritu, no importa que los muebles de tu salón estén desfasados, ni que tu ropa no sea la apropiada según las últimas tendencias. Todo eso es baladí, "porca miseria". Importas tú, por dentro.
Manolo
Martínez .
1 comentario:
Dos grandes artistas y amigos unidos en un viaje sin moverse de casa. Me encantan tus textos y reflexiones vecino, bien lo sabes. Y en cuánto a Mariela, ¿qué decir? Magnífico la de obras que está realizando en estos días. ¡Formidable!
Enhorabuena a ambos :D
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