CARPE DIEM



Dentro de veinte años, lamentarás más las cosas que no hiciste, que las que sí hiciste. Así que, suelta amarras y abandona el puerto seguro. Atrapa los vientos en tus velas. Explora. Sueña. Descubre.


domingo, abril 05, 2020

Embarcamos en el Titanic con Puerto de Indias


Uno, en sus pocas luces, intenta buscar remedios a estas largas horas de confinamiento. Probé la vida social virtual, pinté el patio, aunque no le hacía falta, y ahora ando viendo, treinta años después, la serie con la que tanto lloramos mis padres y yo allá por los 70 “Hombre rico, hombre pobre”. ¡Qué hijo puta era Falconetti, y qué bueno Rudy Jordache y que borrachilla su guapa mujer¡ En fin… que me voy por las ramas, lo que intentaba decirles era que había sondeado todas las opciones para acortar estos días, , pero los días, porque lo que nunca me importó fue el largo de las noches, un poco como le pasó siempre a Sabina. Pues bien, en esa búsqueda recordé mi amor por los viajes, por los caminos, y decidí sin consultarlo, comprar los billetes para embarcar en el Titanic. Me informé virtualmente de que el viaje podía durar entre dos y tres semanas dependiendo de las circunstancias. Era perfecto. El tiempo que nos quedaba, menos que más, de confinamiento.


…y aquí estamos todos, metidos en este maravilloso viaje. No crean que fue fácil tomar la decisión, sobre todo cuándo sabes el final “cago en la leche”, pero qué quieren que les diga, la vida es vida cuando arriesgas, que tristeza esa de los días idénticos, planificados con meses de antelación, en la que tenemos previsto hasta cuando nos podemos poner malos. Es descorazonador vivir así, y lo peor, aburridísimo, ¿verdad, querida amiga Mariela? Hay que hacerse amigo de la incertidumbre, hay que sentir de cuando en cuando esas mariposas en el estómago.


y lo hice. Hemos despejado la cochera para que el Titanic pueda atracar en ella. Mis hijos se han convertido en los trabajadores de este improvisado astillero. Tenemos hasta la noche del 14 de abril, la noche del hundimiento, para construírlo y embarcarnos. Luego esperaremos al jodido iceberg...



... por la cochera-astillero, para enfriar y mejorar, si es que eso es posible, una copa de ginebra “Puerto de Indias”. A mediodía, cuando aún los ánimos están intactos, “cae” un “Puerto de Indias Pure Black”,  primavera. A la tarde, ya algo apagados, y cansados los trabajos en el astillero, nos pegamos el último     ” homenaje” con un “Puerto de Indias Guadalquivir”.


Y con el ánimo repuesto esperamos con calma que este mar vírico se sosiegue y sigamos navegando por nuestra vida, en nuestra Carmona.


Gracias por acordarte de Carmona y ser solidario


                                                                                                                          Manolo Martínez

No hay comentarios:

quizas te interese

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...