¿Nunca se han
preguntado ustedes que es realmente eso del ego? Me lo voy a decir (te lo voy a
decir) sin paños calientes, sin adjetivos que oculten la cruda verdad.
El ego significa
exactamente: Eres Gilipollas Oqué…, que es
la manera civilizada y comprensible de decirme, (de decirte), que me estoy (que
te estás), valorando en exceso, o lo que es lo mismo, que la imagen que tengo de mí mismo (que
tienes de tí mismo) no concuerda (por exceso) con la que los demás tienen de mí
(tienen de ti). Con el confinamiento nos hemos dado una ducha de discursos, de documentales, de películas de culto, y de libros (de los que todavía teníamos pendientes de la
época de “Círculo de Lectores”),que nos
ha dado un subidón de “entendidillos” que paraqué. Insufribles. Paso (pasas) de
Master Chef a Fellini y de Netflix a Vivacable con la misma naturalidad con que me
quito (te quitas) los mocasines para
ponerme (ponerte) las chanclas de los cuarenta grados. Resultamos un poquitomucho repelentes ¿a que sí?, cuando pretendemos saber de todo sin saber de nada. Es
como cuando íbamos a los bares de las peñas, y tras siete u ocho tintos de
veranos, lo mismo le decíamos a Messi cómo debía pasar el balón, que
arreglábamos el mundo a insultos (un poquito como Trump). Ojú, ojú, con el ego
de los cojones. No me digas que tú no tienes ego, ¿nunca pensaste en que aquel
poema te dibujaba, o en esa novela que podía ser perfectamente tu biografía, o la
película que parecía hecha a tu medida.
¿Y las
canciones? ¿Por qué todas las canciones hablan de mí (hablan de ti)?
Circula un chiste por las redes que dice:
"Algunas personas tienen un ego del tamaño de la
hostia que se merecen”
(Si no fuera porque está muy mal promover la
violencia, la sentencia es de diez)
Manolo Martínez
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