Trabajamos trescientos treinta y
cinco días al año para salir de nuestras casas treinta durante las vacaciones. Es
como si la felicidad estuviese lejos de nuestro hogar. Cuánto más lejos más gozosos.
No es que tenga mucho sentido, pero la mayoría lo hacemos año tras año. Quizás
el error esté en lo que cada uno entienda por felicidad. Observando a la pareja
de la foto cualquiera diría que parecen dichosos. No tuvieron que salir de su
cocina para construir ese plácido momento.
Manolo Martínez
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