Uno suele levantarse más tarde
los domingos, sobre todo si eres de los que ya no crees en muchas cosas y no
necesitas ir a misa. Además, para lo que hay que ver ahí fuera en la calle. Menuda mierda. Mejor en la cama, aunque la almohada se mueva como si respirara. La pandemia,
unos pocos de locos negándola, y otros, aún más estúpidos, que se pelean entre
ellos a ver quiénes cuentan mejor el número de muertos. Ganas si apuestas por seguir durmiendo,
porque es el único lugar dónde no te van a engañar, de momento. Ahí, en el sueño,
te has dado cuenta porque dejaste de creer en casi todo. Entiendes que el
omnipotente que te vendieron en la infancia cambió su residencia. Se fue sin avisarte, quizás lo hiciera por no
despertarte, o quizás para que no le molestases más con tantas peticiones. ¿Alguien sabe dónde está?, ahora que tanto le necesitamos.
Manolo Martínez
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