Las vísperas superan al festivo a menudo. El nerviosismo de los planes, los preparativos, la ilusión, la tómbola de la imaginación va por delante del acontecimiento esperado. Pues algo así sucede con el jueves. El viernes es el viernes, pero el jueves ya se te empiezan a ir los pies como a la Ana y al Miguel, calientas motores, vives el fin de semana antes de vivirlo. Y ahora que lo pienso, ya sumamos cuatro días esperados: jueves, viernes, sábado y domingo hasta las 3 de la tarde. Superan a los días menos deseados: domingo tarde, lunes y martes, porque el miércoles...pssss... ni fú, ni fá. Y si te toca la primitiva, ni te digo. ¿Que no la has echado? Hij@ de mi vida, la vida es una tómbola, claro, pero tendrás que invertir primero. Corran, compren un boletillo, voy a medias con todos ustedes.
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