La madre que parió a Darwin. Vaya si nos crucificó el científico. Mira que ser un genio para decirnos que procedemos del de arriba. Esas cosas se las calla uno. Darwin, hijo... que ese que escucha a la brasileña Gal Costa con el flequillo tieso, es vuestro, nuestro, tatatatatatatatarabuelo, nos guste o no nos guste. Mira que estudiar para descubrir esas crueldades...es verdad que la ignorancia te hace más feliz.¿Quién coño se creía Darwin ser para dejarnos avergonzados de por vida? Claro, como él no era un cromo que digamos, va y dice: aquí vamos tós al mismo saco. Menos mal que esto es para los hombres nada más, porque la belleza de las mujeres desmiente al chiripitiflautico este de la evolución de las especies y otras tonteridas.
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