Cuando te encuentres con personas que hacen de su pasión su profesión, abre tus oídos, porque aprenderás a vivir con sentido. Hace meses que descubrí este templo del chocolate en Sevilla, Ocumare, en pleno centro histórico de Sevilla. El chocolate en múltiples confecciones, impagable. Además, he tenido la fortuna de poder conversar en varias ocasiones con Jose Ramón, el artífice de Ocumare, o mejor dicho, el traductor de emociones a chocolate.Y en ese escuchar al maestro chocolatero, entendí que amar lo que haces es un regalo. Entendí que su chocolate inunda los sentidos, cuando escuché su suave hablar, y cómo va mezclando vivencias, y maneras de entender la vida, mientras viste y desnuda al cacao con una sensualidad exquisita. En Ocumare todo es agradable: el espacio, la música de fondo, el trato, el olor, la tranquilidad que allí se respira, la improvisada charla de Jose Ramón, y el dueño y señor de todo, el chocolate.
Gracias, Jose Ramón.
Postdata. Invita a la gente que quieres a un chocolate en Ocumare. Regalar momentos es festejar la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario