Por fin llegó el petricor, que así es como se llama ese aroma inconfundible a tierra mojada. Parecía que ya no volverían las hermosísimas tormentas de verano pero, como nada es para siempre, aquí están de nuevo, para acallar a los faltos de fé. Según la mitología griega este olor tan característico que el agua esparce en el aire tras una época sin lluvias, es la esencia que corre por las venas de los dioses, claro, por eso huele tan bien. A ver si Aloha, o Carrefour, consiguen dioses para embotellar su desangrado, y si no, comercializar la sustancia química que, según los científicos es la verdadera causante del perfume en cuestión, la geosmina. Bienvenida seas, vengas de dónde vengas, porque ha sido un placer reencontrarte.
1 comentario:
Ja Jaja. Buenísimo.
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